Sin ellos, nada es posible. Cobren, entrenen o no. Siempre salen a jugarse la ropa. Esa es la garra charrúa. No otra.

Aplausos. Sólo resta aplaudir a Danubio, por su lucha hasta el final, a Fénix, por demostrar una vez más que el amoer propio y la dignidad de los futbolistas uruguayos está por encima de todo, a Wanderers, por esa pelea desigual que mantuvo a lo largo de Uruguayo Especial después de haber diezmado su plantel en pocos meses, a este sorpresivo Boston River que va a llegar a la última fecha con chances de clasificar (en su primer año en el fútbol grande) a una Copa internacional, a Liverpool, por buscar y buscar fecha tras fecha ese sueño nunca logrado de campeonar, a River, que sin gente, con cientos de problemas, y con técnico interino despachó a Peñarol, y a Cerro, el equipo que va al frente en donde sea y como sea. Aplausos para los los jugadores. Sin ellos, nada es posible. Cobren, entrenen o no. Siempre salen a jugarse la ropa. Esa es la garra charrúa. No otra.

DESDE EL ARCO - JOSÉ MASTANDREA