Hay jugadores clásicos. Guste o no. Lo marca la historia. Viene de épocas de gloria, cuando los duelos entre Nacional y Peñarol eran protagonizados por verdaderos fenómenos del fútbol uruguayo.

Y ya por aquellos días (de la década que sea) se hablaba de los futbolistas que daban y tenían un plus en este tipo de partidos. Jugadores que podían andar bien, regular o mal ante cualquier adversario de turno, pero cuando llegaba el clásico, respondían siempre.

Y por más que pasen los años y cambien los tiempos, sigue habiendo jugadores que parecen estar hechos a la medida.

Nadie puede negar que el Colo Romero es uno de esos jugadores. Y que Diego Polenta es otro de los que rinde en Nacional.

Lo mismo sucede en Peñarol con el Vasquito Aguirregaray y con Marcel Novick. Podrán andar más o menos, no jugar bien en otros partidos, pero cuando llega el clásico, dicen aquí estoy.

No son los únicos, eso esta claro, pero son los que más se han destacado en los últimos choques entre los grandes.

Y la lectura es simple: para llegarle al corazón del hincha, no sólo hay que hacer goles, hay que dejar todo y un poco más en cada pelota. En los grandes se perdona el error, no la apatía.

DESDE EL ARCO