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Amaral hizo el clic en Nacional

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Rodrigo Amaral

FÚTBOL

De aquel botija de 18 años a este presente en el que se lo ve más maduro. 

"A los hinchas de Nacional ya les pedí disculpas por la forma en la que me fui. Ahora les agradezco por todos los mensajes que me enviaron y les digo que voy a dejar lo mejor que tengo por el club y para demostrar por qué estoy acá. La lección que aprendí es que nunca hay que bajar los brazos. En mi cabeza estaba jugar y recuperarme en lo físico. Y aquí estoy”. Así se expresaba Rodrigo Amaral aquella tarde del martes 8 de enero, cuando algo nervioso hablaba en conferencia en Los Céspedes, a un costado del presidente José Decurnex. El talentoso mediapunta volvía a Nacional después de una salida polémica. “Estoy muy contento, soy el hombre más feliz del mundo porque estoy en el club que amo”, reconoció.

Amaral debutó en Nacional con 18 años, el 15 de agosto de 2015, bajo la batuta de Gustavo Munúa. Fue en un partido contra Villa Teresa en el Gran Parque Central, en el que ingresó por Ignacio González. Con el exarquero jugó 20 partidos: 17 por el Uruguayo y 3 internacionalmente; dos por la Sudamericana (Oriente Petrolero e Independiente Santa Fe) y uno por la Libertadores, cuando disputó 7’ en la eliminación por penales contra Boca. Así totalizó 1.086’. Le hizo un gol a River el 23 de agosto de 2015, cuando Nacional dio vuelta el trámite y ganó 2-1.

Rodrigo Amaral
15 de agosto de 2015. Momento en el que Amaral debuta de la mano de Gustavo Munúa. 

En ese período en Nacional tuvo buenas actuaciones (como el partido contra Defensor Sporting en el que fue figura y los albos golearon 4-0), pero su rendimiento fue irregular. Según los puntajes que otorgó Ovación, promedió 5.8 puntos por partido. En cuatro encuentros jugó los 90.

Si bien Nacional estuvo cerquita de alcanzar las semifinales de la Libertadores, los objetivos no se cumplieron y Munúa dejó de ser el técnico de los tricolores.

Llegó Martín Lasarte para el Uruguayo Especial de 2016 y Amaral apenas jugó 18’ en un partido contra Liverpool, cuando los negriazules vencieron 2-1.

El cuerpo técnico le hizo un plan especial de entrenamiento, porque consideraba que no estaba a la par del grupo físicamente. Su representante, Daniel Fonseca, tomó la decisión de sacarlo de Nacional (todavía con contrato) y lo llevó a practicar a Maldonado con el preparador físico Andrés Barrios. “Ahora me arrepiento de las boludeces que hacía con la alimentación. No me cuidaba bien, sabía que comía mal, pero pensaba que no me afectaba”, dijo tiempo después en una nota con el diario Olé.

Rodrigo Amaral
Amaral en la temporada 2015/2016. FOTO: Archivo El País. 

En el inicio del 2017 Amaral se transformó en figura (y capitán) de la selección Sub 20 de Uruguay, al punto que terminó siendo el goleador del Sudamericano. En el Mundial jugó poco porque se lesionó, pero igualmente le marcó un golazo a Italia.

Fonseca pagó un millón y medio de dólares bajo la presidencia de José Luis Rodríguez (la cláusula de rescisión era de tres millones) y Amaral llegó a Racing de Avellaneda, pero en un año y medio ni siquiera debutó; jugó algunos partidos en la reserva y en un partido estuvo en el banco de suplentes de Primera División.

Foto: @RacingClub
El mediapunta en un entrenamiento en Racing de Avellaneda. Foto: @RacingClub

“Desde que tengo una hija dejé de pensar sólo en mí. Ahora es ella, todo ella. Para seguir jugando tenía que modificar muchas cosas mías por dentro y por fuera. Y cambié. Estoy más capacitado para pensar las cosas. Mi cabeza hizo un clic”, afirmó siendo todavía jugador de Racing, cuando había mejorado ostensiblemente su forma física.

A fines del 2018 todo hacía indicar que llegaría a Nacional. Y así fue. Amaral tuvo una charla con el mánager general Iván Alonso y ambos coincidieron que era el momento de volver.

Con Eduardo Domínguez jugó 86’ en dos partidos, pero desde la llegada de Álvaro Gutiérrez todo cambió. Y es uno de los principales aciertos del “Guti”.

Es que el actual entrenador de Nacional le dio la titularidad, confianza y el protagonismo que Amaral necesita para brillar. Se lo nota cómodo y él sabe que el equipo lo necesita. Lleva jugados 11 partidos (7 como titular, totalizando 608’) en dos meses.

Está pasando un buen momento. Lo veo fuerte, con confianza, le está agregando cosas a su juego. Se está sacrificando cada vez más por el equipo”, analizó Gutiérrez después del partido con Defensor Sporting en el que Amaral marcó el gol del triunfo, el cuarto del semestre, porque antes le había anotado a Boston River (2-2), River Plate (6-0) y Cerro Porteño por Libertadores (1-1).

Amaral tiene en el debe que físicamente no está llegando a completar los 90’. Sólo jugó todo el partido con Progreso (4-0); en el resto suele salir entre el minuto 55 y el 75. Igualmente es quien tiene de los mejores puntajes en Nacional, promediando 6.2 por encuentro, destacándose en los partidos contra Plaza, River, Peñarol, Defensor y Cerro Porteño.

Su visión de juego y su capacidad para asistir son dos de sus principales virtudes, agregándole su pegada; es capaz de sacar un remate con poco espacio y en el momento menos pensado, como sucedió contra los violetas.

“El Amaral que se fue era un pibe muy chico, no hace mucho que se fue pero la cabeza cambió mucho. Desde que tengo a mi hija y me fui a vivir a Argentina con ella y mi señora maduré mucho. Ahora soy un hombre y soy maduro. Por eso vengo a demostrar de lo que soy capaz”, agregó esa tarde del 8 de enero.

Ahora tiene 22 años y está esperando su segundo hijo. Amaral ha madurado hasta su forma de expresarse. Pero lo principal, por él y por su capacidad, es que volvió a sentirse futbolista y que cumplió con su palabra y su compromiso con Nacional. Y lo mejor para los tricolores es que todavía tiene mucho camino por recorrer.

Rodrigo Amaral en el Nacional vs. River. Foto: Gerardo Pérez
Amaral en el festejo del gol que le marcó a River Plate en el Gran Parque Central. Foto: Gerardo Pérez. 

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