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La AFA no definió el futuro de la Selección: ¿un nombre o un proyecto?

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Claudio Tapia, presidente de la AFA

ARGENTINA

Con el sustituto de Jorge Sampaoli la Albiceleste llegará a su décimo entrenador desde 2004, cuando se fue Bielsa.

El mundo avanza en otra dirección. Planes, estrategias, diseños. Argentina se resiste, y retrocede. Poco después de despedir a Sergio Batista, y antes de contratar a Alejandro Sabella, Julio Grondona lo resumía con temeraria liviandad. Era 2011. "Lo de los proyectos es un verso. Me parece que el proyecto son los resultados. Antes era distinto, todos los jugadores estaban en Argentina. Hoy hay que ser mago para conformar un equipo", analizaba Julio Grondona desde la conducción de la AFA. Y justamente, muy lejos de proponérselo, revelaba por qué son imprescindibles los proyectos: el fútbol marcha tan rápido que sin estructuras nada se sostiene. La salida de Jorge Sampaoli actualiza una práctica que se volvió usual en la AFA: elegir técnicos, sin más profundidad que buscar al de moda. o al que acepte el cargo.

Con el sucesor de Sampaoli , llegará el décimo entrenador a la selección desde septiembre de 2004, cuando se marchó Bielsa. Demasiados tropiezos desde entonces como para no aprender que la receta de siempre, falla. Pero el debate de fondo, otra vez, asoma ausente. ¿Un hombre o un proyecto? Ya la disyuntiva parece prehistórica. Pero la confesión que un dirigente le hace a La Nación entrega una pista desesperanzadora: "Acá se buscan resultados, no proyectos. Son las reglas del juego. Si te gusta, bien, y si no, también. Se proyectaba en la época de Menotti y de Bilardo. Ahora solo los citás y jugás. Es así". Claro, es así.

Desde la AFA no se apresurarán, cuentan. La agenda no apremia, es cierto. "La mayoría de los integrantes del Comité Ejecutivo no está en Buenos Aires porque sus equipos están de pretemporada, por eso no está previsto tomar ninguna decisión en lo inmediato. Recién se va e empezar a hablar en la reunión del Comité Ejecutivo", cuenta Daniel Ferreiro, vocero de Tapia, que hasta el próximo viernes permanecerá en Europa. El Comité se reuniría a finales de julio o en los primeros días de agosto.

¿Se llamará a una 'junta de notables' para debatir qué necesita la selección? No. ¿Se le dará lugar a un gran debate superador? No. Entonces, ¿quiénes tomarán la decisión? Los dirigentes, los mismos que participaron de otro derrumbe. Perdón, será un dirigente en realidad. Habrá mesas chicas, sí. Diálogos telefónicos, también. Pero la palabra de Tapia pesará como nunca. El próximo entrenador será 100% de su agrado. ¿Y Sampaoli? Nunca podrá despegarse de su designación, él dijo que la AFA había contratado "al mejor técnico del mundo". Pero su DT era Mauricio Pochettino. Daniel Angelici impulsó como nadie a Sampaoli. Tapia piensa igual que hace un año, prefiere al entrenador de Tottenham por encima de todos, pero sabe que es imposible. Como Diego Simeone, como Marcelo Gallardo. Igual, probablemente avance en algún sondeo oficial. Para cubrirse. Para exponerlos.

"Esto no lo resuelve una sola persona, ni Guardiola", graficó César Luis Menotti. Otra voz que nadie escuchará. Detrás de 'ese hombre' sonarán con insistencia los nombres de Ricardo Gareca, Matías Almeyda -ambos sin trabajo actualmente- y Jorge Almirón, técnico de Atlético Nacional, de Medellín. Mientras, Nicolás Russo, presidente de Lanús, sí habla una y otra vez. Y propone: "Perfiles como los de Cambiasso o Heinze deben dirigir la Sub 20 y después hacerlo en la selección mayor". Se olvida de que las estructuras juveniles, al menos hace un año, siguen un plan, el que encabeza Hermes Desio junto con Diego Placente y Pablo Aimar. Fueron puestos en funciones bajo la administración Tapia, pero uno de sus delfines, Russo, ahora hasta cuestiona lo que está en marcha.

La usina de rumores no descansa. Hasta apareció el apellido de Martino. Mentira. Está a gusto y a salvo de estos disparates en la MLS de los Estados Unidos. Y José Pekerman. Su nombre reúne mucho consenso. Es el único que entre algunos dirigentes de la AFA abre la posibilidad de un proyecto integral, una secretaría técnica amplia y refundacional. El peso de su figura los pone a salvo de todo.

Pekerman está de vacaciones y con un contrato vigente con Colombia hasta el 31 de agosto. Cuando regrese de sus días de descanso, lo espera una reunión con los directivos de la Federación cafetera. Y solo después de lo que resuelva, atenderá las propuestas que en los últimos días le llegaron de otras selecciones y algunos clubes. ¿La AFA entre ellas? No. ¿Podría estudiar una propuesta albiceleste? Imposible descartarla, le cuentan a La Nación desde su círculo íntimo, pero el escenario es bien diferente a aquel 1994, cuando inauguró una revolución. Tenía 45 años; tiene 68. Hoy hay menos margen de trabajo, más inmediatez por los resultados. Más intolerancia, aún, que en 2006, cuando se marchó de la AFA agotado. Un hombre que celebra la previsibilidad, desprecia la mala intención y rechaza las provocaciones ya se sentía muy incómodo. Y el panorama empeoró.

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