ENTRENAMIENTO

Los futbolistas de Montevideo City Torque llevan ya varios días de entrenamiento. Lo hacen cumpliendo con el exigente protocolo al que deberán someterse sus colegas de los otros clubes a partir del próximo lunes.

En Torque se ha dividido al plantel en cuatro grupos de siete futbolistas. Dos grupos entrenan por la mañana y los otros por la tarde, permitiendo mantener así el distanciamiento requerido.

Llegan al complejo en sus autos, donde no pueden viajar más de tres personas y con tapa bocas puesto. Ya van vestidos con uno de los dos juegos de ropa que el club les entregó. El que deben lavar en sus domicilios al regresar. También deben llevar todos los días las herramientas que utilizarán para entrenar en esa jornada: pelota, colchoneta, bandas o pesas. Cada uno tiene las suyas. Y debe desinfectarlas antes de ingresar. También deben llevarse de casa una cantimplora con agua para beber. Pues no se les da bebida ni alimento alguno en el complejo.

Cuando llegan, tienen un lugar designado para estacionar y se les toma la temperatura. Luego pasan por primera vez por la zona de desinfección. Lo que repetirán cada vez que cambien de tarea o de cancha y regresen a su silla.

Es que todos los trabajos se llevan a cabo al aire libre y al llegar a la cancha, cada uno tiene una silla con su nombre en la que dejará sus cosas.

“Es todo nuevo, pero nos vamos acostumbrando”, contó Matías Cóccaro. “Tener que llevarse las cosas es bastante raro, pero como yo jugué en el interior, donde esas cosas son normales, no me cuesta tanto”, agregó el delantero quien vive solo porque su novia regresó al interior cuando comenzó la pandemia. “Fue una decisión que tomamos por precaución, porque tenemos gente grande en la familia”, explicó el futbolista nacido en Pirarajá hace 23 años.

A llegar a su domicilio debe volver a desinfectar todo, bañarse y poner a lavar la ropa. Luego tenderla para que se seque, por eso les entregaron dos juegos.

Cóccaro está bastante ocupado porque estudia, le falta poco para recibirse de rematador y tienen clases por zoom. Por eso no está mucho en las redes ni ha estado en contracto con otros futbolistas. “Les diría que no se preocupen, que cuesta un poco al principio pero después uno se acostumbra. El entrenamiento es el mismo, pero con otro distanciamiento”, culminó el atacante quien llegó a Torque a mediados del año pasado.

“El día antes nos avisan lo que tenemos que llevar, una banda, la pelota, lo que sea. Ya el club nos había proporcionado todo cuando estábamos entrenando solos en nuestras casas”, contó por su parte, Andrew Teuten.

“El protocolo es un poco exhaustivo o riguroso de más, pero es lo que hay que hacer. Hay estaciones de desinfección por las que tenemos que pasar cuando vamos de una cancha a otra. Antes de lo único que nos preocupábamos era del entrenamiento, ahora tenemos que llevarnos todo, desinfectarlo y lavarlo. Es distinto”, afirmó uno de los buenos valores del equipo del City Group.

“Los primeros días fueron tranquilos, pero ahora ya aumentó la intensidad. Es como una pretemporada, aunque por ahora solo corremos. Lo mejor fue el reencuentro con los compañeros, aunque sea medio de lejos y hablando a los gritos. Pero me tiene copado. ¡Solo volver a ponerse los zapatos es otra cosa!”.

La posibilidad de lesionarse está en la cabeza de los futbolistas al regresar a entrenar. “Nunca habíamos estado tanto parados y además, correr y jugar al fútbol es muy distinto a lo que podíamos hacer en casa todo este tiempo”.

Al regresar a su hogar, donde vive con sus padres y sus dos hermanas, Andrew entra por el garage, desinfecta todo y luego derecho a bañarse. “En ese sentido tengo suerte, pero hay compañeros que seguro la deben tener más difícil”.

“No tenemos contacto entre nosotros. Todos los trabajos, aún los que hacemos con la pelota, son individuales”, afirmó mientras tanto Diego Arismendi, quien va en su auto con Santiago Scotto.

“Creo que el nuestro es el protocolo más riguroso del Uruguay. No sé si todos los clubes van a poder cumplirlo. Estamos contentos de volver a ver a los compañeros. Al entrenar solo uno no tiene las mismas ganas ni motivación. Y ahora tenemos al profe exigiéndonos”, admitió el “Mama”, quien llegó al club este año y se sorprendió para bien. “Un club organizado que intenta ser modelo en el país. Torque nos pagó todo desde el arranque, somos afortunados. Se portó muy bien con nosotros, con el pago y la atención. Esperamos retribuirles en la cancha para que sigan adelante con su gran proyecto”.

“Todos los jugadores tenemos muchas ganas de empezar a jugar, ojalá sea el 1° de agosto. Queremos ir a la par del resto del país”, finalizó el volante.