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Baldivieso aterrizó con un látigo

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Baldivieso. El nuevo timonel de Bolivia dirige con un puño de hierro en busca de su renacimiento

De blando emperador a un duro dictador. El nuevo timonel de Bolivia dirige con puño de hierro en busca de su renacimiento

Julio Baldivieso era un volante ofensivo talentoso, inteligente, de pegada precisa para hacer cambios de frente sorpresivos y meter pases penetrantes; y esos atributos lo llevaron a ser uno de los referentes principales de la generación de jugadores que hizo historia en el fútbol boliviano al clasificar a la selección para jugar un Mundial por primera y única vez, al menos a través de la disputa de las Eliminatorias, pues Bolivia había asistido al de 1950 en calidad de invitado: en este caso fue el de Estados Unidos en 1994.

Sin embargo, "El Emperador" -como lo llamaron en Bolivia por su estilo de juego fino, atildado, que le permitió desarrollar gran parte de su trayectoria en el extranjero- asumió como entrenador de la selección boliviana el 27 de agosto pasado y lo primero que hizo, en cambio, fue meter varias "planchas" como para marcar la cancha de entrada.

Así, pues, quizá un poco por la bronca de que tan sólo una semana después que lo designaran Bolivia haya tenido que jugar en Houston un amistoso contra Argentina que él pidió -sin suerte- que fuera cancelado, ni bien terminó ese partido que la selección del país del Altiplano perdió por 7 a 0, el flamante entrenador cortó grueso, al cuestionar a sus propios jugadores por haber cambiado camisetas con los rivales, incluido Messi, pese a haber sufrido una goleada que todos los medios de comunicación bolivianos consideraron "humillante".

"Fue decepcionante ver que pedían cambiar camisetas después de perder 7 a 0; antes, yo lloraba en el vestuario", dijo Baldivieso en una referencia a lo que había sido y hecho en sus épocas de jugador, algo por lo cual en los días siguientes, cuando empezaron los entrenamientos de la selección para el partido con Uruguay por las Eliminatorias, el entrenador fue señalado por sus futbolistas, aunque no en forma pública y/o directa, sino a sus espaldas y por lo bajo.

Por si aquel "suelazo" inicial no hubiese alcanzado para llamar la atención, una semana más tarde -tras el regreso a Bolivia- el técnico ratificó el mensaje de sus palabras en Houston al decir que "(a los jugadores) no les interesa lo que dice el cuerpo técnico, o les interesa más salir corriendo a cambiar camisetas con los rivales". Como era de suponer, después de aquellas declaraciones, los "pesados" del plantel le empezaron a hacer llegar facturas a la puerta de su casa; y el primero fue Ronald Raldes, capitán de la selección a lo largo de 88 partidos y 14 años que, por la holgada posición económica que ostenta tras haber jugado en clubes extranjeros como Rosario Central, Colón de Santa Fe y Atlas de México, incluso le había prestado dinero a la propia Federación Boliviana para pagar parte de los gastos del viaje a Estados Unidos para enfrentar a Argentina.

En efecto, después que Baldivieso comentó que estaba en la búsqueda de un nuevo jugador que llevara el brazalete, y que el capitán de un equipo "debe tener liderazgo adentro de la cancha", Raldes -que a sus 34 años juega en Oriente Petrolero- citó a una conferencia de prensa en Santa Cruz de la Sierra y anunció su retiro de la selección.

De la misma manera, cuatro días después, obró Marcelo Martins Moreno, actual atacante del Changchun Yatai de China que jugó las dos ediciones anteriores de las Eliminatorias, donde le hizo goles a Uruguay en La Paz y en el Centenario.

"No hay posibilidad de que me ponga la camiseta de Bolivia con este profesional a cargo del equipo; no concuerdo con la postura que viene manteniendo con nosotros, fueron varias declaraciones infelices desde nuestro último partido y primero de él", manifestó en un comunicado el ex delantero de Cruzeiro y Gremio de Brasil, Werder Bremen de Alemania y Shaktar Donetsk de Ucrania, quien a los 29 años era el vicecapitán y, por tanto, se perfilaba para ser el sucesor de Raldes.

La guerra a Baldivieso por parte de las dos principales figuras de la selección de Bolivia en los últimos años estaba declarada y ocurría lo mismo en sentido contrario, ya que el entrenador había sugerido públicamente la necesidad de "cambiarle el chip" a los jugadores bolivianos, sumidos en sentimientos derrotistas, mediante un trabajo sicológico que quería imitar la disciplina que Guardiola impuso en el Bayern Munich.

"Si están de acuerdo en respetar las reglas de juego que vamos a poner, como en su momento puso Guardiola en el Bayern, que es uno de los mejores equipos del mundo, seguramente serán tenidos en cuenta", enfatizó Baldivieso después de criticar que algunos jugadores restan horas de sueño por usar sus celulares para chatear o conectarse a las redes sociales.

Bolivia, entonces, espera esta vez a Uruguay en La Paz para jugar por las Eliminatorias en circunstancias especiales, no sólo por los 3.650 metros de altura, a los que (ver nota adjunta) Julio Baldivieso no dejó de lado: considerado "duro" por los métodos que impuso en los clubes locales que ha dirigido con buenos resultados, y acostumbrado a trabajar con tanta presión como si estuviera peleando en un campo de batalla, al nuevo entrenador no le tembló el pulso para hacer rodar cabezas grandes, ni exigir que el plantel estuviera concentrado casi dos semanas.

Fino y exquisito como jugador, ahora "El Emperador" sacó la lanza y metió varias planchas en medio de una guerra con la que quiere volver a protagonizar otro milagro, igual que cuando fue uno de los referentes que clasificaron a Bolivia al Mundial 94.

El enfrentamiento con Messi no salvó a Raldes.

La renuncia de Ronald Raldes a la selección de Bolivia causó impacto en el ámbito del fútbol local, sobre todo por la causa: el nuevo entrenador dijo que buscaría a un jugador con carácter para ejercer el capitanato que el zaguero ostentaba desde hacía años.

De hecho ayer mismo anunció que los tres capitanes serán Daniel Vaca, Juan Carlos Arce y Edward Zenteno. En ese plano, pocos olvidan -especialmente en Bolivia- una imagen del partido de la Copa América de 2011 que el representativo del Altiplano empató 1 a 1 con Argentina en La Plata, donde el zaguero tuvo un fuerte cruce con Lionel Messi, que dio lugar a que ambos estuvieran unos cuantos segundos discutiendo cara a cara.

Plan para que Uruguay sufra con la altura.

Como fiel representante de una generación de futbolistas que hizo el milagro de clasificar a Bolivia al Mundial de 1994, fundamentalmente por haber ganado la gran mayoría de los puntos que disputó en condición de locatario, Julio Baldivieso no ha minimizado la gravitación que tiene la altura sino que, por el contrario, puso especial énfasis en trabajar para sacar provecho de la incidencia que tienen los 3.650 metros sobre el nivel del mar en los que se encuentra la capital boliviana.

Así, antes de la fijación del horario para el partido contra Uruguay, el entrenador le pidió a los dirigentes que el cotejo empezara entre el mediodía y las tres de la tarde, y al ser consultado al respecto no dudó en explicar que "científicamente está comprobado" que a los futbolistas que están adaptados a jugar en la altura les conviene jugar en ese horario, "algo que trataremos de aprovechar al máximo".

Por si para muestra basta un botón, alcanza con señalar que nueve de los 11 jugadores que integran el equipo que se perfila como titular actúan en Bolívar y The Strongest: los dos cuadros grandes de la capital boliviana.

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eliminatoriasJORGE SAVIA

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