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Piel de campeón: Uruguay es único anfitrión con chapa de invencible

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Seleccion de Uruguay vs Seleccion de Brasil. Final de la Copa América 2995

SELECCIÓN

La Celeste ganó los siete sudamericanos que organizó y jamás cayó en un partido; Brasil levantó la Copa las cuatro veces que fue sede, pero perdió

Calidad y actitud, la unión de esas características fueron forjando una historia ganadora como pocas en el mundo. La verdad está ahí, con el talento de sus jugadores y una defensa con orgullo del papel de anfitrión es lo que permitió que Uruguay fuese grabando a fuego su sello de invencible en América. Nadie se posiciona por arriba de la Celeste cuando se repasa la historia de los organizadores de la Copa América o los viejos y queridos sudamericanos.

El avance de Uruguay siempre fue perfecto. De anfitrión le ha ido fenomenal. Nunca un desencanto, nunca ni la más pequeña mancha y eso que las oportunidades para los rivales han sido suficientes.

Siete veces Uruguay fue sede del torneo continental y la historia se repitió con el mismo final: la Copa la levantó la selección uruguaya.

Comenzó así en 1917, el primero, y terminó de la misma forma en 1995, el último. Lo mejor de todo está en otro dato con el que se le saca diferencia importante a Brasil, el otro país que también se llevó el trofeo para sus vitrinas cada vez que organizó el campeonato, es que en todo el montón de partidos que se disputaron acá en este extremo de Sudamérica la Celeste no perdió ni uno solo. Invicto en todo sentido. Para resaltarlo efusivamente.

Nunca nadie fue capaz de ensombrecer un poco la leyenda que se fue acrecentando: Uruguay no pierde de local. Y no perdió, lo que confirmó también el temple de los planteles que siempre tuvieron que jugar con la herencia de esa carga pesada.

Números puros y duros demuestran que Brasil, que esta vez organizará su quinto torneo continental no tiene la solvencia que dejan ver los partidos acumulados sin derrotas, porque en el certamen de 1949 perdió con Paraguay. Después lo goleó en el desempate y ganó la Copa, pero la marca de la derrota existe. Es así, Brasil jugó 23 cotejos como local y ganó 16, empató 6 y perdió uno.

Para Uruguay, en tanto, todo fue felicidad, porque los 31 partidos disputados en siete Sudamericanos organizados los saldó con 26 triunfos un y empate.

En Argentina.

Otro elemento a considerar de la historia es ese que sale a luz de la campaña de Argentina como organizador de la Copa América. Los hermanos del Plata albergaron al gran certamen en nueve ocasiones y lo pudieron ganar en seis de ellas. En las otras tres ocasiones la Copa terminó en manos de los capitanes uruguayos. Así que, Brasil jamás pudo festejar en suelo uruguayo y tampoco en la otra margen del Río de la Plata.

Que quede claro, han habido selecciones que recogieron sonrisas y se llenaron de aplausos en sus campeonatos, pero no son comparables con estos registros de Uruguay y Brasil. Igual vale mencionarlo: Colombia albergó al torneo una vez y se quedó con el título y Bolivia fue dueño del trofeo en una de las dos oportunidades que le tocó recibir a todo el continente. Tan poco, sin menospreciar a nadie, no es medida con las campañas de los tres grandes del continente.

El que sí podría tener una comparación más exacta es Chile, pero no con resultado positivo. Por el contrario, tienen números negativos porque los transandinos recién pudieron levantar la Copa en la séptima oportunidad que la disfrutaron como dueños de casa. Antes de 2015 los chilenos perdieron cuatro torneos con Argentina y otros dos con Uruguay.

Y este otro elemento no hace otra cosa que demostrar que Uruguay está en el podio de todos los datos que se quiera conseguir del certamen de selecciones más antiguo del mundo. Argentina ganó ocho torneos organizados por otros países y Uruguay se impuso en siete. Con el agregado que también ganó uno que no tuvo sede fija, pero que justamente dio la vuelta olímpica en Brasil, después de empatar 1-1 con gol de Carlos “Pato” Aguilera la revancha del 2-0 logrado en Montevideo.

Si se quiere, aunque el campeonato no tuvo a Brasil como anfitrión, por más que lo busquen ningún otro combinado del planeta puede jactarse de haber dado la vuelta olímpica en suelo brasileño en dos ocasiones. La más gloriosa fue por el Mundial de 1950 y la que le sigue por la Copa América de 1983.

Por eso mismo, Brasil no puede confiarse de sus campañas anteriores en las que ganó el torneo de local. Ya lo sabe: si se distrae, hay un gigante que se le va a plantar a pie firme para adueñarse del trofeo que lo tiene como más ganador.

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