En definición por penales, La Roja obtuvo en casa la Copa América por primera vez en su historia. Uruguay sigue siendo el más ganador del torneo con 15 títulos.

Chile pudo con la historia. Es cierto. Como local y por penales, sin haber ganado la final que, incluso, tuvo más jugadas de gol -o de riesgo para el arco rival- de Argentina, pero aún así, la consagración y reivindicación de “La Roja” frente a su público, fue inobjetable; y más aún: hasta justa.

Parece contradictorio, pero no lo es, porque en los 120’ Chile fue el que creyó más en lo suyo. Por más que tuviera a Messi de contrario, y casi como si se hubiese animado a intuir que era el Messi que nunca ganó nada importante con Argentina aunque ganó todo con el Barcelona, hizo el mismo planteo que en partidos anteriores; es más, en lo previo se había manejado que Valdivia podía salir para que Sampaoli armara un mediocampo más combativo y sólido, pero el “10” clásico jugó y lo hizo en función ofensiva, suelto, sutil y profundo como de costumbre.

La única corrección que le hizo Chile a su estilo habitual, fue conceptual, sólo respetuosa: no jugó con tanto vértigo, no presionó muy arriba con uno, dos y hasta tres jugadores -como, por ejemplo, lo había hecho contra Uruguay- para no dar espacios y la chance de que Argentina lo sorprendiera de contragolpe.

Argentina, en cambio, varió su estructura, con Mascherano y Biglia jugando en la contención, y Messi, Pastore y Di María arrancando de atrás, después de bajar un poco, mientras que Agüero por el medio quedó como único punta.

De esa forma, el trámite fue de ida y vuelta, vistoso ante el buen trato de pelota por parte de los dos conjuntos, pero casi inocuo, con pocas emociones, porque Vidal fue tan protagonista en Chile como Valdivia, pero Vargas y Valdivida carecieron de peso en la definición de sus maniobras, mientras que por el lado de Argentina, ante la intermitente y escasa expresividad de Messi, las carreras de Di María y la soledad de Agüero eran neutralizadas por la solvencia del fondo local, en donde nunca falló un relevo ni se dejó de hacer una cobertura.

Por eso, cuando Di María salió a los 29’, se instaló la sensación de que, si Messi no vibraba y se inspiraba, a Argentina -aún llegando más que Chile, por lo general de pelota quieta y sin sorpresa- le iba a resultar difícil imponer la superior jerarquía de la mayoría de sus jugadores.

Quizá fue lo que interpretó Sampaoli, al hacer dos cambios y guardarse uno; a Chile, que antes había “cortado” muchos ataques rivales con faltas que cargaron de amarillas a sus defensores, le servía ese “statu quo”, que recién se quebró cuando el cansancio abrió espacios después de los 80’.

Ahí los dos fabricaron jugadas de gol, pero no acertaron, y se fueron al alargue y a los penales, donde Chile no sólo ganó 4-1: no le temblaron las piernas, al punto que Sánchez -su ídolo- “picó” el último, y así se consagró campeón y se reivindicó con la historia que, como premio al respeto que ayer se tuvo a sí mismo, parece haberlo esperado 99 años para que ganara la Copa América de esa forma. ¿Argentina? Lo de campeones morales no es broma.

CHILE 0-0 ARGENTINA

Estadio Nacional de Santiago

Árbitro: Wilmar Roldán (Colombia). Asistentes: Alexander Guzmán (Colombia) y Cristian de la Cruz (Colombia). Cuarto árbitro: José Argote (Venezuela).

Chile: Claudio Bravo; Mauricio Isla, Gary Medel, Francisco Silva, Jean Beausejor; Arturo Vidal, Marcelo Díaz, Jorge Valdivia (74' Matías Fernández), Charles Aránguiz; Alexis Sánchez (94' Angelo Henriquez) y Eduardo Vargas. DT: Jorge Sampaoli.

Argentina: Sergio Romero; Pablo Zabaleta, Martín Demichelis, Nicolás Otamendi, Marcos Rojo; Lucas Biglia, Javier Mascherano, Ángel Di María (29' Ezequiel Lavezzi), Javier Pastore (80' Ever Banega); Leonel Messi y Sergio Agüero (73' Gonzalo Higuaín). DT: Gerardo Martino.

Amarillas: Silva, Medel y Díaz (CH). Rojo y Mascherano (A)

M. Fernández (CHI)- Gol 1-0
Messi (ARG)- Gol 1-1
Vidal (CHI)- Gol 2-1
?Higuaín (ARG)- Falló 2-1
?Aránguiz (CHI)- Gol 3-1
Banega (ARG)- Atajado 3-1
Sánchez (CHI)- Gol 4-1

en santiagoJORGE SAVIA