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Zylbersztein: "Es lindo poder ganar, pero más lindo es volver a hacerlo"

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Leonardo Zylbersztein. Foto: Geardo Pérez
Gerardo Perez

Con 37 años entró en la historia más rica de Hebraica Macabi tras consagrarse bicampeón de la Liga Uruguaya de Básquetbol y ahora se le viene otro gran desafío: la selección uruguaya.

Leonardo Zylbersztein disfruta de un momento soñado como director técnico y se ilusiona con poder seguir peleando cosas importantes con el equipo macabeo, sobre todo en el plano internacional. Además, se prepara para otro gran desafío: ser el ayudante de Marcelo Signorelli en la selección uruguaya con el objetivo de crecer como entrenador.

—¿Cómo se viven los días posteriores al título?

—Es todo muy disfrutable. Al momento de ir a hacer alguna compra o andar por la calle enseguida la gente me para felicitarme y ya de a poco nos vamos reencontrando con los compañeros para hacer un análisis de lo que fue la temporada.

—¿Se dio todo lo planificado en la séptima final?

—Sí. Lo que propusimos como diferente se dio. Como les dije a los jugadores, teníamos tres posibilidades de salir campeones, pero Aguada vino de atrás y se encontró el viernes con la primera posibilidad de ganar el título y rematar la serie. En el partido, nos vimos con las posibilidades de ir siempre adelante y eso nos facilitó mucho para que sea más psicológico de lo imaginado. Tuvimos un gran partido, tanto en defensa como en ataque y logramos llevarnos el punto decisivo.

—¿Cómo fue la previa a un partido tan importante?

—Lo vivimos muy tranquilos todos. Tenemos un equipo en el que a partir de la comunicación logramos un montón de cosas. El día después de quedar 3-3, tuvimos una charla en el regenerativo que fue muy buena y los días siguientes a partir de los entrenamientos, los videos y las charlas internas entre los jugadores que se dieron esa energía y el ánimo que todo equipo necesita, pudimos trabajar varios aspectos. Michael (Hicks) estaba en un proceso de recuperación y ahí decidimos que Martín (Aguilera) fuera titular. Empezamos a trabajar pensando que debíamos dar el 100% y según lo que nos tocara, ganar o perder, la idea era el compromiso de dejar todo por el equipo, pero lo pudimos hacer y llevarnos el partido.

—¿Por qué no lograron liquidar la serie después de estar 3-1 arriba?

—Creo que en el quinto y sexto juego, más allá de que el rival también juega, lo que nos complicó fue la ansiedad que tuvimos para poder terminarlo lo más rápido posible. Nos jugó en contra. Ofensivamente tomamos tiros que no habíamos tomado antes, tratamos de jugar más individual que colectivamente y defensivamente estábamos algo perdidos, por eso fue muy importante volver a la memoria del juego que tuvimos en el año, de tener un pase más y del compromiso defensivo de todos. Por suerte pudimos mejorar eso para ganar y conseguir el título.

—¿Cuál fue la clave para lograr el bicampeonato?

—Mantener la idea del juego que tenemos y no apartarse del trabajo diario. A partir del grupo de profes, de entrenadores y jugadores, siempre se apostó a dar algo más, a mejorar, a tener bien claro el rol de cada uno. Ese fue el plan, no solo este año, sino también el anterior: todos juntos tirando para el mismo lado.

—¿Cuánto valió mantener gran parte del plantel?

—Sumamos a Martín Aguilera porque el año pasado tuvimos lesiones y terminamos jugando con dos fichas. Sebastián Izaguirre tuvo la temporada que no pudo cerrar el año pasado y fue una revancha para él que terminó siendo campeón dentro de la cancha. Tenemos una ficha menos que el resto porque jugamos con cuatro, pero ayudó y mucho para que la memoria deportiva se mantenga y se mejore. Por otro lado, Jaime Lloreda nos dio una mano bárbara como extranjero y cuando tenés un equipo que convive y entrena durante dos años, los resultados son más factibles. Realmente fue muy bueno poder mantener a la gran mayoría de los jugadores.

—¿Qué importancia tuvo el rendimiento de la dupla de extranjeros?

—Lo de Michael (Hicks) es algo que ya lo habíamos experimentado en los dos años anteriores y tiene una clase impresionante. A eso se le sumó Jaime, quien le agregó un plus especial porque son amigos y querían salir campeones juntos. Jaime es un jugador que en años anteriores llegó fuera de forma, pero hizo un gran trabajo y terminó siendo clave.

—¿Cómo es dirigir a un plantel de varias figuras?

—Es una mixtura de cosas. A los más jóvenes los conozco desde muy chicos y prácticamente crecimos juntos, ellos como jugadores y yo como entrenador. Conozco en qué momentos ponerlos, cómo ponerlos, cómo hablarles. Los de más experiencia son hombres que tienen mucha calidad y que a partir del respeto trabajan de muy buena manera para sumar siempre.

—¿Y cómo es dirigir a Leandro García Morales o Luciano Parodi?

—Es un placer dirigir a este tipo de jugadores y más allá de los resultados y situaciones que se dan en el año, en el día a día con el equipo me siento un privilegiado por tener la posibilidad de estar con ellos. Antes de salir a jugar el último partido les dije que yo era feliz, que tuvimos 10 meses de trabajo en los que disfruté al máximo y creo que teniendo esta calidad de jugadores que te simplifican un montón de cosas, es mucho más fácil trabajar, más aún cuando lo tomamos con la pasión y las ganas de seguir mejorando.

—¿Qué se siente ser campeón como jugador y entrenador de Hebraica Macabi?

—Es especial. Si bien en mi carrera deportiva Hebraica estaba desafiliado y no pude desarrollarme acá, entré en la historia del club ya que nunca había sido bicampeón y eso te marca parte de la historia de la institución. Ganar dos ligas seguidas es algo importante para todos y como persona nacida en el club es un halago. Estoy sumamente orgulloso por el trabajo que se coronó con un campeonato. Me llena de emoción y satisfacción.

—¿Esperabas este presente como entrenador?

—Siempre soñás con ser campeón, pero nunca lo esperás tan temprano. Pero las oportunidades están para aprovecharlas y en eso he tenido la suerte de trabajar como ayudante junto a grandes técnicos. Me siento muy cómodo y libre a la hora de trabajar y eso lo considero como clave. Estar tranquilo es importante y transmitirle eso al grupo también. De ahí vienen los resultados.

—¿Crece la ambición tras el bicampeonato?

—El objetivo de este año era salir campeones porque nos propusimos que siempre es lindo ganar, pero mucho más lindo es volver a hacerlo. Ahora se repetirá y queremos más. Me gustan este tipo de desafíos y responsabilidades porque alimentarse de estas presiones es algo muy enriquecedor, por eso el objetivo, si seguimos en Hebraica (se tiene que sentar a hablar con los dirigentes pero su continuidad es casi un hecho), es poder mejorar lo hecho en el plano internacional y por supuesto, volver a pelear la Liga Uruguaya.

—¿Cómo afrontás el próximo desafío con la selección?

—Con mucha alegría porque la confianza de Marcelo (Signorelli) me pone muy contento. Tenemos primero el Sudamericano Sub 17 que será Premundial y luego el desafío de la mayor, con la que con un formato nuevo intentaremos dejar a Uruguay lo más arriba posible. Se vienen etapas muy lindas en el futuro y el objetivo en lo personal es seguir creciendo como entrenador.

"Jugamos 7 partidos de visitantes".

Leonardo Zylbersztein habló del clima que se vivió en el Palacio Peñarol y contó que "el marco que puso Aguada en este caso fue muy lindo. A nosotros como uruguayos nos gusta mucho tener todo en contra y realmente con Hebraica jugamos siete partidos de visitantes. Eso al uruguayo le gusta y a este plantel también. En el año, en las ligas internacionales, jugamos de visitantes con un escenario prácticamente igual y eso a la larga te da un extra que en este caso lo tuvimos en contra y hay veces que tener un estadio lleno gritando por el rival te genera cosas que a nosotros nos ayudaron. La fiesta fue muy linda y siempre se espera jugar una final con mucho público. Aguada ayudó a que realmente sea una fiesta".

El entrenador macabeo agregó que "intentamos de que el ambiente nos favoreciera y más allá de que veníamos jugando en el Palacio y el espacio es más grande que otra cancha, el entorno que se genera es muy lindo y en este caso creo que nos ayudó jugar con gente en contra".

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Leonardo Zylbersztein. Foto: Geardo Pérez

BÁSQUETBOLENRIQUE ARRILLAGA

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