Es un jugador determinante que hoy en día no es fácil de conseguir y por algo ganó las cinco finales que jugó en la Liga Uruguaya de Básquetbol.
Desequilibra y por más que a veces no tenga una buena noche, es clave para el equipo por lo que genera en sus compañeros y también en los rivales. Por eso encendido es peligrosísimo y estando bien rodeado como lo está en Hebraica es clave en todo sentido.
El viernes fuimos con unos dirigentes a ver la final, llegamos temprano al Palacio Peñarol y Leandro estuvo 40’ tirando libres. ¡40 minutos! Es un fuera de serie y trabaja para ser el mejor.
WILFREDO RUIZ - OPINIÓN