Cuando la última final entre Cleveland y Golden State Warriors estaba igualada a 89 puntos de cada lado y restaba menos de dos minutos para el final, los hombres más importantes de los Cavs aparecieron en el momento clave para dos situaciones que le terminaron dando el título.
Primero un notable bloqueo de LeBron James sobre Andre Iguodala, con el que los Warriors se hubiesen puesto dos puntos encima, y luego un triple de Kyrie Irving con la marca encima de Stephen Curry que le daría la ventaja suficiente a los Cavs, que estirarían con un libre de LeBron.
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