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Comunión con la gente y distensión: pilares de la selección de básquetbol campeona en 1995

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La selección uruguaya que ganó el Sudamericano de básquetbol en 1995. Foto: Archivo El País.

RECUERDOS

A 25 años de esa conquista, el capitán Luis Eduardo Pierri y el "Bicho" Luis Silveira recordaron aspectos que llevaron a la Celeste a lo más alto.

La noche del sábado 3 de junio de 1995 quedó grabada a fuego en la historia del básquetbol uruguayo. En medio de un Cilindro Municipal repleto, la selección de Víctor Hugo Berardi se consagró campeona del Sudamericano y la Celeste mantenía una tradición que recién en 2003 se iba a cortar: ganar todos los torneos continentales en casa.

Ese plantel tenía jugadores del medio local, algunos con su trayectoria y otros haciendo sus primeras armas, pero cada uno consciente de su rol y sus limitaciones.

Luis Eduardo Pierri era el capitán de ese equipo que funcionó como tal durante todo el torneo a pesar de algunos vaivenes deportivos. “Para mí fue un torneo muy especial y difícil de olvidar porque a pesar de haber estado en el plantel de 1981, en 1995 yo era el capitán, salí campeón con mi mujer y mis hijos en la tribuna, di la vuelta con el mayor en brazos y son cosas imborrables. Además, sabíamos que era especial porque jugábamos en Uruguay y con nuestra gente, por eso sabíamos que teníamos un plus superior al habitual”, le contó Pierri a Ovación.

Entrenador. Luis Pierri trabaja de cara al Sudamericano.
Luis Eduardo Pierri“Esa selección tenía un muy buen feeling con la gente, era un grupo unido y sacrificado, algunos más que otros, pero así se arman los planteles, cada uno sabiendo su rol y así fue que se lograron cosas muy importantes".

En la primera fase Uruguay ganó todos sus partidos menos uno. Perdió con Brasil 89-63 y eso obligaba a un cruce con Venezuela en semifinales. “Después de ese partido que perdimos y como pasaría en cualquier lugar del mundo, el técnico viene, pega unos gritos, te critica algunas cosas y hasta mañana. Esa noche volvemos al vestuario y Víctor (Berardi) se para y nos dice: ‘muchachos, antes de ir a cenar nos vamos al Biguá que conseguí la piscina para ir a distendernos un poco, ¿ok?’. Y esa anécdota pinta en cuerpo y alma lo que era Víctor. La noche antes de jugar una semifinal como local en el Cilindro nos fuimos a distender. Eso me quedó grabado porque ahí nos dábamos cuenta de que hay muchas cosas alrededor nuestro y en ese momento nos jugábamos el título ante toda nuestra gente”, le recordó a Ovación el “Bicho” Luis Silveira.

El viejo Cilindro Municipal de Montevideo.
El Cilindro Municipal, donde hoy está el Antel Arena, fue la sede de ese torneo. Foto: Archivo El País.

Esa anécdota va de la mano con los apuntes del capitán Pierri, quien sostuvo que “una de las cosas que nos marcó más fue que era un grupo muy concentrado en los objetivos, pero a su vez muy desestresado. No nos pesaban los partidos, los triunfos o las derrotas. Había un ambiente tan distendido que no te dabas cuenta lo que pasaba porque nos divertíamos mucho, hacíamos bromas (algunas hasta bastante pesadas), jugábamos a las cartas, había rondas de mate y hasta íbamos cantando en el ómnibus del hotel al Cilindro, pero cuando se abría la puerta del vestuario cambiaba todo y estábamos metiditos en los objetivos que teníamos”.

Luis Silveira
Luis Silveira"Estábamos todos detrás de un mismo objetivo y Víctor era el líder que nos guiaba y nos decía cómo pretendía hacer las cosas. Él hacía partícipe del éxito a todo el mundo: jugadores, dirigentes, periodistas. Y con esa comunión se llegó a dónde se llegó. Son cosas inolvidables". 

Después de vencer a Venezuela en semis 86-82, Uruguay le ganó la final a Argentina 89 a 74 y el Cilindro explotó. Las 14.000 personas celebraban un nuevo título Sudamericano que marcó otra época gloriosa del básquetbol uruguayo. “Siempre soñé con ponerme la camiseta de Uruguay y lograr algo importante. Ese momento había llegado y fue un orgullo tremendo. Era la justificación de todo el esfuerzo que hicimos para llegar a ser campeones y le dimos una alegría a toda la gente que con esa selección se sentía muy identificada”, remarcó el “Bicho”.

A 25 años de esa conquista, los recuerdos siguen más que latentes, porque esa generación se hizo querer y respetar a base de sacrificio, buen juego y mentalidad ganadora.

EL GRUPO

Un plantel liderado por un gran entrenador

Para Luis Silveira, esa selección en la que tuvo a Víctor Hugo Berardi como técnico “fue la primera inyección de él en mi carrera. Era un entrenador diferente y lo supimos aprovechar todos”.

Luis Pierri recordó que “era el eje de un plantel que gozaba de mucha distensión para no absorber presiones. Creo que eso fue fundamental a la hora de empezar a construir un equipo que logró grandes conquistas”.

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