Publicidad

La ley de la selva rige el tránsito

Compartir esta noticia
NANDO PARRADO

MI OPINIÓN

NANDO PARRADO

Bien podríamos denominarle el “pibe Raptor” o el “pibe Pick Up grande”. A muchos les debe haber sucedido como a mí, un par de veces en la carretera. Me colocan la careta de la RAM o de la Raptor, a 50 centímetros de mi luneta trasera, amedrentando con sus dimensiones y exigiendo paso, como si el tamaño les otorgara una prioridad absoluta.

Una pick up enorme se asemeja a un camión, y han sido diseñadas para cargar y remolcar, más que pretender ser un auto de carreras. Un auto de Fórmula Uno es chato y pegado al piso, con centro de gravedad muy bajo. Una RAM o Raptor, es todo lo contrario, con centro de gravedad alto, suspensiones de camioneta grande y neumáticos muchas veces adecuados para trabajo y no performance. He circulado en Nurburgring y Le Mans con pilotos profesionales, y en un circuito cerrado a 300 kilómetros por hora, así que una gran careta pegada a la luneta de mi vehículo, no me va a intimidar. Pero sí esas maniobras pueden resultar peligrosas, ya que los que vienen presionando con sus enormes pick ups, desconocen el nivel de conducción de quien va adelante, y si ese conductor se asusta o frena, podría ocurrir un siniestro de características fatales.

¿Encontraste un error?

Reportar

Temas relacionados

Fernando Parrado

Te puede interesar

Publicidad

Publicidad