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El retroceso

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El poder corrompe. De allí la vigencia de la frase de Lord Acton: “El poder corrompe siempre y el poder absoluto corrompe absolutamente”. Explica también la necesidad política de la separación de poderes -en Ejecutivo, Legislativo y Judicial- para que se controlen recíprocamente, de lo que los ingleses fuesen inventores.

El poder corrompe. De allí la vigencia de la frase de Lord Acton: “El poder corrompe siempre y el poder absoluto corrompe absolutamente”. Explica también la necesidad política de la separación de poderes -en Ejecutivo, Legislativo y Judicial- para que se controlen recíprocamente, de lo que los ingleses fuesen inventores.

Columnas atrás citábamos las diferencias que en el plano laboral y social conocen las sociedades nacionales, y subrayábamos que es relativamente menor la influencia de instituciones universales como la Organización Internacional del Trabajo en el desarrollo de las grandes economías y del mejor desarrollo humano. Han seguido caminos impuestos por su experiencia histórica y evolución cultural (en el Uruguay las primeras normas sobre seguridad social y protección del trabajo son muy anteriores a la creación del aludido ente internacional y al cuento del tío del socialismo). Es importante resaltar que las mejores sociedades contemporáneas son también, generalmente, las que tienen mejores índices de transparencia y eficiencia en el manejo de los negocios públicos.

Contemplar realidades como las mencionadas conduce a ver como se hace para que la gente de un país viva mejor. Y para entender por qué otras sociedades viven peor, cuando tienen naturalmente todo para ser realidades de progreso auténtico, cosa distinta del “progresismo” y los “populismos”.

El marco dibujado conduce al encuadre cierto de lo que es América Latina. Nuestra referencia necesaria por el origen histórico común de sociedades fenomenalmente distintas. Alguna vez la generación que uno integra llegó a entonar y aplaudir lanzada al viento especialmente por la voz de Mercedes Sosa el “…todas las voces todas hermano americano…” inspirada en la utopía de una “continentalidad” común. Aún con el esfuerzo inquebrantable del Frente Amplio para “latinoamericanizarnos”, sobrevive entre nosotros la esencia de las generaciones pasadas que nos hicieron una realidad occidental, cultural, política, económica y social ajena a las penurias establecidas al sur del Río Bravo. Elán que merece ser rescatado

Y dejando a un lado la cárcel cubana aferrada a la ilusión de una apertura “yanqui” que les rescate del pozo (cabe destacar que ayer trascendió que se permitirá al sometido pueblo caribeño ver por primera vez todas las películas de James Bond empezando por las de Sean Connery ¡aleluya!), con un México impulsado por las inversiones norteamericanas y dominado por los carteles de la droga, el vecindario cercano ilustra diariamente con su retroceso incalificable. La brutal tiranía chavista, la corrupción de Brasil que ha saqueado la producción y el trabajo por las andanzas de Lula y sus camaradas unidos a la más poderosa oligarquía económica continental, y las dificultades judiciales de Argentina para llevar a la cárcel a un banda de delincuentes que han saqueado al país de la mano de la familia Kirchner, explican cómo pese a una potencialidad impresionante por sus recursos naturales los pueblos permanecen postergados en un retroceso sostenido.

Por casa, detenerse en el licenciado sin título es una anécdota pequeña. Al lado del agujero negro de Ancap-Alur, el Fondes, AFE, Pluna y de todo lugar público en el que se mete la nariz y algo huele mal. La fe está puesta en la Justicia. El control parlamentario está intencionalmente bloqueado. Vota impuestos para tapar agujeros. Nunca vivió la nación retroceso parecido.

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Ricardo Reilly Salaverri

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