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Maestría del fracaso

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Próxima rendición anual de cuentas y conflicto asegurado de los empleados públicos guiado por inclaudicables agitadores sindicales. Si a usted le dan a elegir para un viaje, entre un coche todo roto con fracaso previsible y uno en buenas condiciones, si elige al roto será para estos protestatarios un ser solidario ejemplar. Si elige al sano será un imperialista asqueroso, alienado por el capitalismo. Son “ideológicos”. Sentido común y realismo cero.

Próxima rendición anual de cuentas y conflicto asegurado de los empleados públicos guiado por inclaudicables agitadores sindicales. Si a usted le dan a elegir para un viaje, entre un coche todo roto con fracaso previsible y uno en buenas condiciones, si elige al roto será para estos protestatarios un ser solidario ejemplar. Si elige al sano será un imperialista asqueroso, alienado por el capitalismo. Son “ideológicos”. Sentido común y realismo cero.

Si se prepara un asado y hay carne para seis comensales y se invita a doce, va a haber un problema. Si el reparto del costillar es equitativo, todos quedarán con hambre. En el obeso Estado uruguayo el gobierno “progresista” lo primero que hizo hace once años fue eliminar la prohibición de designar empleados públicos que habían dispuesto nacionalistas y colorados. Se vino entonces de la mano del tridente Vázquez, Astori y Mujica, la designación de más de 60.000 funcionarios.

A lo que suman los cargos de confianza en la orgiástica designación a dedo. El gasto estatal creció al infinito como los peces y panes bíblicos. De 240.000 pasamos a 300.000 dependientes con empleo seguro y pago. Sultanes de cargos de confianza incluidos ¡Chau asado! Al enorme gasto público anterior se suma la dilapidación y saqueo de los fondos públicos.

Más de 350 millones de dólares que volaron con Pluna y Alas U; 800 millones de dólares de pérdida y más de 600 millones de capitalización que han ido a fondo perdido para resucitar la vaciada Ancap, salidos del bolsillo de Juan Pueblo; más de 100 millones de dólares tirados para prender las velitas “fondeanas” al socialismo del Pepe (que se dio el lujo de robarnos 40 millones de dólares para regalárselos de puro caprichoso a los delincuentes que rigen brutalmente los destinos de Cuba). Ahora se suma un agujero de más de 500 millones de dólares del sistema socialista de salud (SNIS y Fonasa) surgido de la delirante cabeza de un Olesker… y, puede seguirse indefinidamente. Entonces, ¿qué ocurre? Que la educación, la salud y la vivienda a atender por el Estado, están carentes de recursos.

Ante lo evidente e inadmisible lo menos que se podría esperar es indignación de “profesores” de la educación pública, pero, está claro: no saben matemáticas (restar y sumar). Pedir más impuestos al ciudadano común ante los recursos succionados por la gestión del socialismo, es como si una persona con los pies en un balde quisiera pararse tirando del asa. No da para más impuestos a jubilados y trabajadores, a empresarios y productores. Recuerden que tenemos la electricidad más cara de la región, la nafta más cara del mundo (cuando su precio internacional ha estado por el piso) y hoy hasta la monopólica OSE ¡da pérdidas! Es que las tarifas de los entes públicos se usan como impuestos encubiertos para seguir tapando el déficit financiero del Estado frentista.

Los sindicalistas de la enseñanza se oponen a construir edificios por medio de la participación de privados -dicen que se quiere privatizar la enseñanza- y sostienen que educar a los jóvenes para que tengan vocación de emprendimiento y formación útil para insertarse en la sociedad, es adoctrinarlos en el capitalismo (E. Mandacen, ADES, Montevideo, El País, 30/1/17).

Moraleja: no enseñan. Simplemente son especialistas impenitentes en el tropiezo con la misma piedra (Unión Soviética, monarquía castrista, Chávez, Corea del Norte…).

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Ricardo Reilly Salaverri

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