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Ahora, Laura

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Ricardo reilly salaverri
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Al igual que una parte muy grande del pueblo uruguayo, conservaremos en la memoria las imágenes del soleado 1º de marzo pasado. El Dr. Luis Lacalle Pou asumió la Presidencia de la República con una estridente clarinada de esperanza y concordia entre los uruguayos.

Todo ha sido abundantemente comentado. Notable fue la caballería gaucha espontánea, con 4.000 jinetes embanderados con los pabellones albicelestes. Espectáculo inédito. Y, si ello es manifestación de la Patria profunda y eterna, también lo es retornar a la contemplación modernizada de nuestro hermoso y emblemático escudo nacional. Al cierre del discurso en la Plaza Independencia Lacalle dijo que su gestión será fructífera si al finalizarla los uruguayos sienten que son más libres. Por ello, la jornada fue también un pronunciamiento contundente que avivó al sacro fuego de la Libertad, vivo en el Partido Nacional y las fuerzas de la coalición política ubicados en el comando del destino colectivo.

Cuando aludimos a una parte de la nación pensamos en personas de todas las ideas y partidos, que quieren creer ante las circunstancias que vivimos, que la decisión registrada por las urnas y las acciones del gobierno electo deben respetarse en nombre de la institucionalidad democrática.

Hay otros, que perdido el poder político anhelan que inminentemente haya nuevas elecciones. Ya largaron la carrera. Sus caras visibles son los pocos legisladores que el domingo reciente asistieron al recinto parlamentario luciendo camisetas con la bandera de la Cuba castrista -tiranía, paredón y fracaso social-; los solitarios gritones de histéricas consignas callejeras plenas de resentimiento, presentes en la fiesta del domingo, y los que ya planifican olas de huelgas sin tener idea de para qué las quieren. Están aquejados de “murgavirus”. Como si la seguridad y la educación pública fuesen una maravilla. Y los asentamientos, el empleo y la producción nacional estuviesen de parabienes.

Ahora vienen las elecciones municipales el 10 de mayo. Es relevante Montevideo. Notoriamente el FA luego de 30 años de inane gobierno, ve en la Intendencia capitalina un refugio para la masa de políticos y sindicalistas que han quedado desempleados al perder el gobierno nacional. Por este motivo -no hay causas programáticas en discusión de por medio- llevarán tres candidatos. Cada uno arrastra a su legión de aspirantes a integrar la burocracia política del municipio.

La coalición por su parte lleva a la economista Laura Raffo, una notable candidata para Intendenta a la que la opinión pública conoce y conocerá cabalmente en el avance de la campaña electoral. Inteligente y con fe y coraje, tiene el respaldo de toda la dirigencia y organizaciones políticas y sociales de la coalición multicolor.

En las elecciones de primera vuelta de la elección nacional pasada el Frente Amplio tuvo 438.839 votos y las fuerzas coaligadas 413.724, por lo que les separó una diferencia de 25.115 votos. Una encuesta reciente de participación voluntaria de Montevideo Portal con opinión de 16.462 votantes le da a Laura un 45,86% y al FA un 43,34% de intención de voto.

Las recorridas de Laura, con agresiones con piedras incluidas ha permitido a los medios de comunicación mostrar populosas barriadas humildes olvidadas por el municipio capitalino. Durante 30 años. En 15 de ellos siendo -además- gobierno nacional…

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