LA CLAVE
No es ni de detectives, ni de criminales seriales, ni siquiera del submundo de la droga o del terrorismo, pero igual es escalofriante. Se trata de un film-documento transmitido por streaming, otra invención de nuestros tiempos. Sus protagonistas no son artistas conocidos y capaz que sean los propios jóvenes geniales pero desencantados provenientes de empresas tan míticas como Google, Twitter, Facebook, Pinterest, Instagram, etc. que hacen un alerta “orbi et urbi” sobre lo que está sucediendo.