LA CLAVE

Para que no haya confusiones conviene saber que la ley que incluía la “regulacionitis” aguda que suele prevalecer entre ciertos sectores políticos nació en el pasado gobierno del Frente Amplio. Faltaba reglamentarla y por suerte tenemos un Presidente atento, de esos que no se van a pescar, que detectó el absurdo intervencionismo que suponía la obligación de registrar previamente a cada persona a la que fuera a prestársele un vehículo de su propiedad. Sin titubeos, anunció un decreto para eliminarlo.