La clave
Al mismo tiempo que el gobierno dictaba normas para que cada vez más ciudadanos tengan que requerir de la tecnología para extraer dinero de su cuentas o cobrar su salario, los cajeros automáticos se volvieron una herramienta imprescindible para el común de la gente. Pero al mismo tiempo, y gracias a la impunidad reinante en el ámbito de la delincuencia, estos pasaron a ser parte del botín codiciado de los asaltantes. Y según parece, de los cajeros ya se han robado 2 millones de dólares.