LA CLAVE
Uno de los problemas que afecta a la política nacional es la permanente pose de superioridad moral que ostentan dirigentes de la oposición. Eso quedó claro con las palabras del diputado Civila en la interpelación del miércoles, cuando dijo que su partido trabaja para el país, y el resto para enriquecerse. La pregunta es de dónde saca Civila esa certidumbre de ser moralmente puro. Los antecedentes liberticidas y económicamente ruinosos de las ideas que defiende, seguro que no lo habilitan.