LA CLAVE
La desesperación del ministro Astori por encontrar plata para las escuálidas arcas estatales no tiene límites. En vez de denunciar a los que gastaron de más o hicieron desaparecer el dinero, lo único que le preocupa es encontrar medios para que la gente pague más, aunque el único pecado que tienen es haberlos votado. El directorio de UTE proyectaba una rebaja en las tarifas para el año próximo. Pero el equipo de Astori se opuso a la rebaja y pidió una suba. Y todavía quiere ser presidente...