Nada de hombres usando aretes, o exhibiendo sus tatuajes; nada de mujeres luciendo escotes y mucho cuidado los raperos con las letras de sus canciones: solo se puede hablar de paz y armonía, nada de protestas o críticas. Este es parte del panorama hoy existente en China, un gigantesco país controlado por su Partido Comunista que ha incorporado el capitalismo a su economía (y le va muy bien), pero de las libertades individuales mejor ni hablar. Pero el problema no es China, son sus comunistas.