LA CLAVE
La Justicia determinó aceptar el concurso voluntario de la mutualista Casa de Galicia, y poner fin a la intervención estatal, decretada ante su precaria situación económica. El preocupante caso de esta mutualista, está lejos de ser el único. Si bien estas entidades ya venían con problemas, la reforma de la salud de la era frentista les limitó de forma aberrante su independencia de gestión, las forzó a sumar miles de nuevos “clientes”, y las volvió casi instituciones públicas. El resultado no parece ser bueno.