LA CLAVE
Luego de un arranque tibio, tal vez por el enfoque en el combate a la pandemia, el nuevo gobierno parece estar apretando el paso en materia de auditorías en oficinas públicas. Ayer se supo que la Ursec iniciará un estudio profundo de los manejos económicos de los últimos años. Esto no debería generar sino aplauso de la sociedad y los actores políticos. Pero algunos no ocultan su molestia, y denuncian una “caza de brujas”. Si no hay nada que esconder, ¿cuál sería el problema de hacer una auditoría?