LA CLAVE
Lo que pasó en Friopan debería ser un antes y un después en materia de relaciones laborales en Uruguay. Una empresa familiar, creada e impulsada con esfuerzo, donde una minoría sindical radicalizada, en base a información falsa, ocupa y provoca destrozos absurdos, ca-si criminales. No contentos con eso, amenazan y prepotean a sus compañeros que se atreven a difundir imágenes de lo que pasó. ¿Hace falta más para darse cuenta de los excesos sindicales que tanto están dañando al país?