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No existe una democracia liderada por un dictador

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KENNETH S.GEORGE
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Uruguay es un faro para América Latina, como quedó demostrado durante las elecciones de noviembre de 2019. Los uruguayos demuestran regularmente cuánto valoran las elecciones libres y justas, el estado de derecho y el derecho a votar por los líderes que ellos quieren.

Los uruguayos rechazan mandatos de gobiernos totalitarios. Estos valores uruguayos son los mismos valores democráticos que los Estados Unidos han defendido largamente alrededor del mundo.

A pesar de que aspiramos a que estos valores sean la norma en este hemisferio, aún queda mucho por hacer. El año 2019 estuvo marcado por protestas y demostraciones en varios países de la región y varias democracias verdaderas sufrieron protestas disparadas por reclamos sociales y económicos. En varias dictaduras de la región, como Cuba, Nicaragua y Venezuela, vimos como el clamor por la democracia y la libertad política fue brutal y violentamente reprimido.

Los países que tradicionalmente valoran la democracia, incluidos Uruguay y los Estados Unidos, tienen un rol crucial en mantener vivos los principios democráticos en América Latina. Como faro de la democracia, Uruguay puede ayudar a sus vecinos a salir adelante. Y Venezuela necesita nuestro apoyo ahora.

Según un reciente informe de las Naciones Unidos, al día de hoy casi 5 millones de venezolanos han escapado de la crisis económica y humanitaria creada por Nicolás Maduro. La incompetencia y la corrupción del régimen ilegítimo de este dictador ha forzado a hombres, mujeres y niños a escapar de su tierra natal, como si vivieran en tiempos de guerra. Cinco millones de personas es más que toda la población de Uruguay.

Está claro que los países democráticos queremos lo mismo para Venezuela: una restauración pacífica de la democracia, del estado de derecho y de respeto por los derechos humanos. Pero la crisis humanitaria persiste y ya es evidente que algunas herramientas no han generado los resultados esperados.

Cada día que Maduro se mantiene en el poder, la crisis humanitaria se profundiza. Maduro y sus socios corruptos continúan usando la riqueza de Venezuela para financiar acciones dictatoriales y brutales contra su propio pueblo venezolano. Los venezolanos que no gozan del confort en el que vive Maduro en su exclusivo barrio de Miraflores deben sobrevivir sin acceso regular a medicinas, electricidad, e incluso agua y comida.

El esfuerzo por restaurar la democracia en Venezuela ha sido un esfuerzo internacional, con participación y acción de varios países. Como socio en estos esfuerzos, Estados Unidos está a favor de negociaciones serias que permitan la realización de nuevas elecciones presidenciales, libres y justas, como vía pacífica de salida a la crisis en Venezuela.

Lamentablemente, en todas las rondas previas de negociación, el régimen de Maduro se ha negado a mantener conversaciones serias acerca de la posibilidad de realizar elecciones presidenciales, y las ha utilizado para ganar tiempo, para dividir las fuerzas democráticas y para distraer a la comunidad internacional de lo que realmente está pasando en Venezuela.

Los uruguayos saben lo que significan las elecciones libres y los venezolanos merecen los mismos derechos. Los Estados Unidos apoyan al Presidente Interino Juan Guaidó, a la Asamblea Nacional democráticamente elegida y al pueblo venezolano, en su lucha por restaurar el orden constitucional y la democracia en su país.

El Secretario de Estado, Michael Pompeo, se reunió recientemente con el Presidente Interino Juan Guaidó y subrayó el apoyo incondicional a su liderazgo democrático. El Secretario Pompeo y el Presidente Interino Guaidó coincidieron en que actores democráticos junto a socios internacionales pueden abrir camino a un gobierno de transición responsable de supervisar elecciones presidenciales y para la Asamblea Nacional libres y justas.

Este hemisferio, el hemisferio de Bolívar, Artigas y Washington, merece más que las políticas fallidas de Maduro. Merece más que personajes nefastos que atacan la democracia, generan inseguridad y desestabilizan a los amigos y buenos vecinos de la región.

Los Estados Unidos y sus aliados democráticos alrededor del mundo continúan comprometidos con el pueblo venezolano y su categórico rechazo a las acciones brutales y dictatoriales del régimen de Maduro. La idea de que durante los pasados meses Estados Unidos ha buscado invadir Venezuela es una fantasía de aquellos que buscan adrede mantener a su gente engañada para enaltecer gobiernos totalitarios, socialmente opresores y fallidos. Apoyamos la restauración pacífica de la democracia, y continuaremos buscando todos los medios pacíficos disponibles, incluidas las sanciones económicas y diplomáticas dirigidas al régimen de Maduro para asegurarnos de alcanzar un hemisferio occidental enteramente libre y democrático.

*Embajador de los Estados Unidos en Uruguay

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