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Elecciones argentinas

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Sus resultados, a medida que se fueron conociendo, trajeron alivio y en muchos casos euforia, al Gobierno y a los simpatizantes de Macri.

Sus resultados, a medida que se fueron conociendo, trajeron alivio y en muchos casos euforia, al Gobierno y a los simpatizantes de Macri.

Sin ánimo de tirar un balde de agua fría, conviene hacer un análisis más descarnado. Estos comicios fueron diseñados para elegir dentro de los partidos, a los candidatos que participarán en octubre en las elecciones para la parcial renovación de las cámaras de diputados y senadores que tienen lugar en la mitad del período presidencial de 4 años. En resumen, se han elegido los candidatos. Como es obvio, en base al desenlace se han hecho toda clase de proyecciones sobre cómo a corto plazo resultará la composición del Congreso de la Nación y a más largo plazo, para el año 2019. Cuáles gobernaciones provinciales podrían cambiar de signo político, siempre y cuando Macri volviese a presentarse como candidato, cosa que ahora se da por descontado.

Los candidatos/partidos/aliados que responden a Macri (Cambiemos, UCR, etc.,) sacaron a nivel nacional, el 36%. El peronismo, hoy dividido, obtuvo aproximadamente el 44% entre los que responden a Cristina Kirchner (Frente para la Victoria) 21%; el peronismo no kirchnerista 15.5% y Massa 7.5%.

Al ser confirmada su candidatura como senadora, Cristina Kirchner ya obtuvo algo que le interesaba sobremanera. Los fueros. Recibió aproximadamente 34% de los votos -empatando con Esteban Bullrich (Cambiemos). Ambos saldrían electos en octubre. Al margen de numerosas ventajas (¿y obligaciones?) a las que accederá Cristina K, los fueros le serán confirmados, otorgándole un poderoso blindaje legal. Ya lo hemos visto sonriente a De Vido -el clave ministro de Obras Públicas y supuesto cajero de los K- que por ser diputado, evitó ser alcanzado por la ley. Sigue en su banca, luego del fallido intento para suspenderlo como legislador.

Para entender y seguir analizando el panorama argentino hay que tener en cuenta que: Cristina K tiene varias causas penales pendientes o en curso; por haberse enriquecido en forma obscena -en plena función pública-; por lavado de dinero (recordar el video de la Rosadita); por encabezar una asociación ilícita; por sospecha de estar involucrada en el asesinato del Fiscal Nisman, que la iba a denunciar al día siguiente en el Congreso, etc. En “pocos” países del mundo, teniendo solo uno de estos problemitas, nadie hubiera osado presentarse como candidato a un cargo político. Sin embargo, en la otra orilla, Cristina K será elegida, el FPV seguirá siendo la segunda fuerza política del país y el peronismo, lejos la fuerza política con mayor caudal de votos.

Esta es la realidad y el contexto político y moral con el que Macri debe lidiar a diario. Los que votaron al FPV no tenían que elegir solo entre esa opción y Macri. Había muchas alternativas dentro del peronismo y fuera de él, pero quienes lo hicieron demuestran su preferencia por Cristina. No les importa lo que pueda haber hecho. Priorizan los subsidios que reciben, los planes para los que no trabajan, las tarifas bajas. Están en contra de pagar las deudas y abrazan las políticas populistas sin medir las consecuencias a largo plazo. Lo que pasa en Venezuela no los asusta. A muchos les gusta Maduro.

Macri heredó un país que supuestamente tenía menos pobres que Alemania (CFK Presidente dixit hace pocos años). La realidad era otra. El Indec, otrora prestigioso instituto de estadísticas, fue convertido en una máquina de trasmitir mentiras, el desempleo era creciente, el default, la falta de inversión y una corrupción rampante asolaban a la nación. Hubo que enfrentar el desafío de corregir y echar a andar a ese gran país sin capotar en el proceso, tarea nada fácil.

Para lograrlo, Macri, con minoría en el Congreso y con la casi totalidad de los Gobernadores de signo contrario, debía negociar su respaldo político día a día. Tras los recientes comicios es notorio que este se ha afianzado. Ha logrado armar un equipo económico que funciona. Ha devuelto cierta rentabilidad al campo retirando, salvo en la soja, las detracciones. Permitió un gradual ajuste de tarifas públicas que estaban ridículamente bajas pero estableció subsidios, para la gente más necesitada. Con esto, las empresas de servicios públicos, que estaban al borde de la ruina podrán invertir en el necesario aumento de capacidad operativa. Logró renegociar la deuda extranjera y Argentina retornó al mercado de capitales. Dejó de ser un paria y volvió a ocupar su lugar en el mundo. Empezó a bajar la inflación. Se normalizó el pago de jubilaciones. La economía, lentamente, comenzó a mejorar y el desempleo a retroceder. Todavía no se ha producido el “shock” de inversiones que se esperaba. No se olvida fácil a Moreno, la falta de seguridad jurídica, el comportamiento sindical y la carga impositiva. El miedo al regreso populista existe, aunque las expectativas a futuro han mejorado.

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Julia Rodríguez Larreta

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