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La Convención Preliminar

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Con el desembarco de los 33 Orientales, el 19 de abril de 1825, se desencadenó una cadena de acontecimientos que culminó con la independencia definitiva de nuestro país.

Con el desembarco de los 33 Orientales, el 19 de abril de 1825, se desencadenó una cadena de acontecimientos que culminó con la independencia definitiva de nuestro país.

Esa cadena tuvo dos eslabones jurídicos fundamentales: la declaración de la Honorable Sala de Representantes de la Provincia Oriental, del 25 de agosto de 1825, y la Convención Preliminar de Paz entre el Gobierno de las Provincias Unidas del Río de la Plata y el Emperador del Brasil, sobre la independencia del nuevo Estado que más tarde se denominaría República Oriental del Uruguay.

La campaña militar emprendida por los orientales fue complementada por la organización jurídica de su provincia. El 25 de agosto de 1825, la Sala de Representantes de la Provincia Oriental, reunida en Florida “en uso de la Soberanía ordinaria y extraordinaria que legalmente inviste, para constituir la existencia política de los pueblos que la componen”, aprobó dos trascendentales decisiones. La primera fue declarar “nulos, írritos, disueltos y de ningún valor para siempre, todos los actos de incorporación, reconocimiento, aclamaciones y juramentos arrancados a los pueblos de la Provincia Oriental”, por la fuerza y la perfidia de Portugal y Brasil. Como resultado, la Provincia se proclamó “de hecho y de derecho libre e independiente del Rey de Portugal, del Emperador del Brasil, y de cualquiera otro del universo”. La segunda decisión, adoptada el mismo día, fue: “Queda la Provincia Oriental del Río de la Plata unida a las demás de este nombre en el territorio de Sud-América”.

El Congreso Constituyente de las Provincias Unidas aceptó aquella declaración unilateral dos meses después, el 25 de octubre. Un ejército de las Provincias Unidas cruzó el río Uruguay, el 28 de enero de 1826. Para ese entonces, los orientales, con sus propios recursos, habían hecho el sitio de Montevideo (7 de mayo), y ganado las batallas de Rincón (24 de septiembre) y Sarandí (12 de octubre). Las hostilidades se desarrollaron en tierra (batalla de Ituzaingó, 20 de febrero de 1827), en el Río de la Plata y el océano Atlántico.

En este escenario se produce la mediación de la Gran Bretaña. Estas negociaciones diplomáticas han sido objeto de discusión. Uno de los principales aportes para su estudio son dos libros de Luis Alberto de Herrera: “La Misión Ponsonby” y la “Paz de 1828”. Estos incluyeron un amplio conjunto de documentos diplomáticos en el Foreign Office, conseguidos por Herrera durante su estadía en Londres y que eran casi en su totalidad inéditos.

El 27 de agosto de 1828, los representantes diplomáticos de las Provincias Unidas y del Brasil suscribieron en Rio de Janeiro la Convención Preliminar de Paz. Luego de dejar constancia “de la mediación de su Majestad Británica”, el Emperador del Brasil declaró “la Provincia de Montevideo, llamada hoy Cisplatina”, separada del territorio del Imperio; y el Gobierno de las Provincias Unidas, concordó “en declarar por su parte la independencia de la Provincia de Montevideo, llamada hoy Cisplatina, y en que se constituye en Estado libre e independiente”.

Era la independencia.

Ahora sería necesario defenderla de las apetencias de sus vecinos. Menos de cuatro décadas después se produciría la heroica tragedia de Paysandú.

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Juan Oribe Stemmer

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