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Más que la oposición

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Durante mucho tiempo se nos preguntaba: ¿para qué interpelan y hacen comisiones investigadoras si ya se sabe el resultado? La respuesta es obvia: porque es el deber que tenemos.

Durante mucho tiempo se nos preguntaba: ¿para qué interpelan y hacen comisiones investigadoras si ya se sabe el resultado? La respuesta es obvia: porque es el deber que tenemos.

Usamos los mecanismos legales para controlar y fiscalizar. Esos instrumentos no están previstos en la Constitución para usar solo cuando la oposición tiene mayoría parlamentaria, sino justamente para defender a las minorías y poner límites a la mayoría. La semana pasada el trabajo de tanto tiempo demostró que fue útil, y a lo que ya se había logrado con la investigadora sobre Ancap ahora maduró con la que se aprobó sobre la regasificadora. Y ahora se quebró la mayoría parlamentaria automática del FA. Era impensable al principio de este gobierno, pero sucedió. La gota que golpeó la piedra, la insistencia de la oposición en temas importantes, las convocatorias de ministros a sala, las solicitudes de investigadoras, fueron el preámbulo. La última fue impulsada por el diputado Pablo Abdala con seriedad y documentada. No la votó el FA por razones políticas, sobran oscuridades en este tema.

Algunos legisladores del oficialismo denunciaron que atrás de la propuesta había intenciones electorales. Es una acusación que autoincrimina a quien la formula. Si es así eso quiere decir que cuando el Frente Amplio desde la oposición pedía comisiones investigadoras, hasta por gripe fuera de temporada, lo hacía por esas motivaciones. Esa acusación vale solo para quienes tuvieron actitudes diferentes siendo oposición u oficialismo. No le cabe ese sayo a quienes mantuvimos la misma posición cuando se proponían sobre hechos o dirigentes de nuestro partido o sobre partidos o dirigentes ajenos. Los nacionalistas siempre las votamos, mal podíamos tener intenciones electoralistas dirigidas a martillarnos los dedos. Por eso la acusación es inútil.

El Frente Amplio podría decir vengan e investiguen. Las cosas las hicimos bien, podemos meter la pata pero no la mano en la lata como repetía el Dr. Tabaré Vázquez. Pero intentó evitar una investigación que confirme si hubo pata o mano, porque lata seguro hay, según afirmaron en Brasil sobre este caso.

Sin embargo, la mayor derrota no es en el ámbito parlamentario sino en la opinión pública, donde se contrasta el discurso y los hechos. Investigadores en la oposición y ocultadores en el gobierno. El voto del diputado Gonzalo Mujica no es solo de él, seguro representa a mucha gente que votó al FA y se siente defraudada. No tengo dudas que plebiscitada esa actitud dentro de esos votantes saca muchos más apoyos que los que lo llevaron al Parlamento. Eso es parte también de un partido desconectado de la realidad. Lo de Ancap, lo de Pluna, los negocios con Venezuela y la regasificadora colmaron la paciencia seguramente de muchos. La presión de “abajo” es grande.

La oposición podría haberse quedado quieta porque no tenía votos, como nos sugerían, y sentada a esperar otra realidad. Si lo hubiera hecho no merecería nunca llegar a gobernar por frágil, sin convicciones y acomodaticia. Fue efectiva porque fue seria y porque representó a muchos más que a quienes nos votaron, interpretamos a muchos frentistas también. Fueron mayorías que se construyeron desde la minoría. Es más cómodo hablarles a los militantes en un comité, pero los que cambian la realidad son los indignados. Aquí también los hay, a la uruguaya, sin estridencias, como está pasando.

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Javier García

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