Publicidad

La pérdida de costas

Compartir esta noticia
SEGUIR
HERNÁN SORHUET GELÓS
Introduzca el texto aquí

Nuestro país cuenta con una superficie de 313.782 km2 totales repartidos en 176.215 km2 de tierra firme y 137.567 km2 de aguas jurisdiccionales.

Por su singular ubicación geográfica a orillas del estuario del Río de la Plata y del océano Atlántico, dispone de 450 kilómetros de costa platense y 220 marítima. Allí prosperan ciudades como Nueva Palmira, Colonia del Sacramento, Juan Lacaze, Ciudad del Plata, Montevideo, Ciudad de la Costa, Punta del Este y La Paloma.

Nadie discute la importancia social y económica que tiene la costa. Es un fenómeno que se repite en todo los países del mundo. Su indiscutible atractivo como sitio ideal para residir de manera permanente, trabajar y producir explica que cerca del 50% de la población uruguaya viva en ella.

Por esa razón todo lo que acontece o afecta a la costa se transforma en tema de enorme trascendencia nacional y local.

Una de las alertas lanzadas desde hace unos años por los expertos internacionales en el cambio climático, está enfocada en el fenómeno de la elevación del nivel de los mares, como resultado del derretimiento de los grandes hielos del Ártico y de la Antártida.

El paulatino ascenso de la temperatura media del planeta afecta lo que antes era la majestuosa e imperturbable presencia de los llamados “hielos eternos”. Si bien la dinámica de los polos siempre alternó períodos regulares con más y con menos hielos, desde hace varias décadas se constata un retroceso sostenido de las superficies heladas, que provoca preocupantes alteraciones ecológicas y geográficas. Está subiendo el nivel del mar.

Este fenómeno en nuestra región es consecuencia de que el casquete glaciar de la Antártida ha perdido -según estimaciones- 150 millones de toneladas de hielo por año desde 2015. Significa que todo ese hielo al pasar a estado líquido incrementa la cota en las costas.

Entre los especialistas se discute bastante la magnitud que tendrá ese ascenso utilizándose distintos modelos y argumentos, pero existe consenso en que este fenómeno está ocurriendo y continuará de ese modo.

Es más, aunque se cumpliera a la perfección el Acuerdo de París de lograr que el incremento de la temperatura global del planeta sea inferior a 2º centígrados con respecto a la era preindustrial, el aumento del nivel del mar actual disminuirá pero no se detendrá.

En otras palabras las ciudades y zonas costeras deben prepararse para enfrentar lo mejor posible las consecuencias de este fenómeno, mediante el diseño de acertadas estrategias de adaptación para cada caso y situación. Deben incluir un sistema muy confiable y aceitado de monitoreo, capaz de indicarnos con mucha precisión lo que está ocurriendo y, sobre todo, lo que debemos esperar.

Se sabe perfectamente que estos cambios ambientales aumentan la vulnerabilidad de las comunidades más pobres y expuestas. Para el caso de la cuenca y estuario del Río de la Plata, por ahora la elevación del nivel de las aguas es marginal.

Pero dadas las características del cambio climático, y las bajas expectativas de que la humanidad logre evitar que el incremento de la temperatura global supere los 2º centígrados, debemos estar preocupados y muy alertas para que lo que vaya ocurriendo no nos tome distraídos ni desprevenidos.

¿Encontraste un error?

Reportar

Temas relacionados

premiumHernán Sorhuet Gelós

Te puede interesar

Publicidad

Publicidad