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La libertad económica

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Esta semana se presentó en nuestro país el “Informe de libertad económica 2016” basado en el prestigioso índice elaborado por el Fraser Institute de Canadá y copublicado por el Centro de Estudios para el Desarrollo en nuestro país. El índice se publica desde 1996, y en su proceso de elaboración participaron destacados premios Nobel de Economía como Milton Friedman, Gary Becker y GordonTullok.

Esta semana se presentó en nuestro país el “Informe de libertad económica 2016” basado en el prestigioso índice elaborado por el Fraser Institute de Canadá y copublicado por el Centro de Estudios para el Desarrollo en nuestro país. El índice se publica desde 1996, y en su proceso de elaboración participaron destacados premios Nobel de Economía como Milton Friedman, Gary Becker y GordonTullok.

Se evalúan 159 países en el mundo en 42 indicadores que luego son agrupados en cinco grandes áreas: Tamaño del Estado; Marco legal y derecho de propiedad; Moneda estable; Libertad de comercio internacional, y Regulación. La información de cada indicador se recoge de fuentes públicas, y tanto su fórmula de cálculo como su origen está publicado en el informe global disponible en la web del Fraser Institute.

En la edición 2016 Uruguay obtiene un puntaje de 7,08 en una escala de 0 a 10, donde mayores valores representan mayor libertad económica. Como al mismo tiempo la mayoría de los países del mundo mejoraron su puntuación, Uruguay pasó de figurar en el lugar 43 en 2010 a ocupar el puesto 74 en la última edición.

Este retroceso es particularmente preocupante porque el mismo informe es contundente respecto a la estrecha relación entre mayores niveles de libertad económica y mejores indicadores de desarrollo económico y social. Al agrupar a los países en cuartiles de más libres a menos libres, se encuentra que en los más libres el producto por habitante es de 41.228 dólares a paridad de poder de compra constante, mientras que en los menos libres es de 5.471. La tasa de crecimiento anual en los países más libres es de 3,63%, mientras que en los menos libres es de 1,52% para el período 1990-2014. La evidencia es clara, la libertad económica es clave para el desarrollo económico.

Una argucia repetida hasta el hartazgo es que la libertad económica, aunque es positiva para el crecimiento, es negativa porque genera mayor desigualdad. Esto es falso, como también lo demuestra el informe. El puntaje de libertad económica de un país es independiente de su distribución del ingreso (y de hecho, el porcentaje del ingreso que capta el 10% más pobre de la población es algo mayor en los países más libres). Pero más importante aún es que el ingreso por habitante del 10% más pobre de la población en los países más libres es de 11.283 dólares, mientras que en los menos libres es de 1.080, y el porcentaje de pobreza extrema en los países más libres es 1,9%, mientras que en los menos libres es de 30,6%. Es un hecho, por lo tanto, que la libertad económica favorece a las personas más pobres, a contrapelo del discurso ramplón de los defensores de los colectivismos que fracasaron en todo el mundo.

El análisis para nuestro país muestra que hay áreas en que estamos relativamente bien y otras muy mal. En el área Regulación, verbigracia, figuramos en el puesto 130 en 159 países, con pésimos resultados en regulación del mercado de créditos y del mercado de trabajo. La libertad económica es resistida por nuestra cultura estatista y los privilegios de aquellos que se benefician del actual statu quo, pero es imperiosamente necesaria para que nuestro país progrese y en especial para mejorar la situación de los uruguayos más pobres.

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Hernán Bonilla

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