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Indicadores de desarrollo

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En el día de ayer el Centro de Estudios para el Desarrollo realizó un evento titulado ¿Qué podemos aprender de los indicadores de desarrollo? en el que Bruno Gili, socio de CPA/Ferrere, y un servidor presentaron distintos indicadores e informes de desarrollo que luego fueron comentados por el senador Luis Lacalle Pou y por el intendente de Montevideo Daniel Martínez.

En el día de ayer el Centro de Estudios para el Desarrollo realizó un evento titulado ¿Qué podemos aprender de los indicadores de desarrollo? en el que Bruno Gili, socio de CPA/Ferrere, y un servidor presentaron distintos indicadores e informes de desarrollo que luego fueron comentados por el senador Luis Lacalle Pou y por el intendente de Montevideo Daniel Martínez.

El análisis del informe de competitividad del World Economic Forum, del índice de libertad económica del Fraser Institute, y sobre el mismo tema de la Heritage Foundation, del Prosperity Index del Legatum Institute y del Doing Business del Banco Mundial puede que ilumine distintos aspectos y áreas, pero de todos ellos se pueden sacar conclusiones útiles.

Un tema relevante presente en los dos indicadores de libertad económica es la demostración empírica de que mayores niveles de libertad no solo logran mayores tasas de crecimiento y por tanto de riqueza para los países, sino que benefician especialmente a las personas más pobres. Otro aspecto medular es la correlación positiva entre libertad económica y libertad política y personal. Este punto viene a confirmar la sentencia de Friedrich Hayek acerca de que la Libertad es una sola, lo que muchas veces se pierde de vista.

Es notorio que Uruguay tiene activos importantes en su acervo institucional democrático y en las libertades civiles de que gozamos, como muestran algunos de los índices reseñados. Al mismo tiempo es notorio que tenemos problemas en el funcionamiento de varios mercados de la economía, en especial en las rigideces del mercado de trabajo, en las dificultades para desarrollar una empresa y en educación.

En el índice de competitividad global del World Economic Forum de este año, Uruguay se ubica a mitad de tabla, con el puesto 73 en el ranking. Bruno Gili destacó la necesidad de mejorar la sofisticación empresarial y la innovación para lograr salir de la “trampa del ingreso medio” y encaminarnos hacia el desarrollo. Para ello entiende fundamental el desarrollo de cadenas de valor, mejorar la capacidad de innovación y fomentar la inversión en investigación y desarrollo.

Un país que surge como un ejemplo casi natural para nuestro país es Nueva Zelanda. Es un país con muchas características similares al nuestro, en cuanto a su población y estructura productiva, que supo procesar hace algo más de dos décadas importantes reformas institucionales que le permitieron avanzar mucho en relativamente poco tiempo. A modo de ejemplo, hoy ocupa el primer puesto en el índice de prosperidad de Legatum y en el informe del Doing Business, y el tercer puesto en el índice de libertad económica de Fraser. No es el paraíso en la tierra, pero sin dudas es un país del que Uruguay tiene mucho para aprender.

A modo de conclusión, creo que Uruguay tiene que concentrarse en tres reformas fundamentales para encaminarse al desarrollo: la educativa, la de la apertura, la inserción internacional y la competitividad, que incluye la infraestructura y acuerdos de productividad entre empresarios y trabajadores (entre otros temas). El desafío está en salir del bloqueo corporativista que sufrimos para dinamizar estas reformas que bien pueden recoger amplios consensos.

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Hernán Bonilla

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