Publicidad

La mejor historia

Compartir esta noticia

Días pasados se presentó el segundo volumen del trabajo de Carlos Zubillaga sobre las relaciones diplomáticas entre España y Uruguay durante el primer franquismo.

Días pasados se presentó el segundo volumen del trabajo de Carlos Zubillaga sobre las relaciones diplomáticas entre España y Uruguay durante el primer franquismo.

Estuvo precedido por un tomo centrado en la presencia del falangismo en nuestro país desde 1936, comienzo de la guerra civil española, hasta 1955 cuando, luego de largos esfuerzos, España ingresó a las Naciones Unidas regularizando sus relaciones con el mundo.

Zubillaga, académico e historiador uruguayo, exdecano de la Facultad de Humanidades, con destacada participación en instituciones de su especialidad, ha incursionado en el franquismo a través de un proyecto de investigación de la Universidad de la República de la que es actualmente profesor emérito. Esta obra, fruto parcial de esa labor, resulta un inestimable aporte a la historiografía nacional. Tanto por el ingente material reunido sobre un período poco visitado por nuestra academia, como por la originalidad y vastedad de sus fuentes, éditas e inéditas utilizadas, tanto en España como en nuestro país.

Una historiografía válida supone un relato sobre hechos pasados realizado mediante los métodos requeridos por la ciencia en general y la metodología de esta disciplina, en particular. En tanto, como es obvio, la vida individual o social no es enteramente transmisible a un relato. Más no sea por la diferente naturaleza de cada uno de ellos. De allí que la capacidad de seleccionar, de elegir entre los sucesos aquellos relevantes y significativos, distingue al relato histórico de la crónica o la vivencia memorialista. Del mismo modo que los diferencia la objetividad narrativa del historiador, que no es asepsia valorativa, sino reconocimiento de la particularidad desde la que se enuncia. En este caso el claro rechazo al franquismo. Tales requisitos epistemológicos, frecuentemente olvidados, están presentes en esta obra, cuidadosa de su límites historiográficos, pese a la riqueza o la desoladora pobreza de sus personajes, tanto entre los ideologizados enviados del franquismo como de los uruguayos que nos representaron, entre ellos nuestro inolvidable Encargado de Negocios, Francisco Milans Zabaleta. Al igual que sus libros evidencian la capacidad del autor para reflejar una época, así como las transformaciones que la guerra primero y los acontecimientos internacionales más tarde, fueron imponiendo a ambos bandos. Semejantes seducciones, que pudieron tentar al autor con el fácil recurso del efecto narrativo, de la historia como tragedia epocal, están ausentes, pese a centrarse en el drama humano de una época de hondo patetismo.

Por eso, por más que las virtudes de esta obra exceden sus rigores, creo que a ellas se une el especial interés que suscita el período que Zubillaga narra. En ciertos aspectos parecido al que treinta y siete años más tarde sufriríamos en carne propia. El siglo XX fue un lapso clave para nuestra República conmovida por la dictadura de Terra en los primeros arrestos del fascismo naciente. Bajo su dominio vivimos la guerra de España y luego, heridos y frustrados, padecimos, como un desgarrador calvario, lo que acontecía a nuestra madre patria. Así lo muestra este trabajo imprescindible, dedicado al primer embate franco que en el siglo XX sufrió tanto el mundo, como la balbuciente democracia uruguaya.

SEGUIR
Hebert Gatto

¿Encontraste un error?

Reportar

Te puede interesar

Publicidad

Publicidad