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¿Ministerio de Medio Ambiente?

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Desde la creación del Ministerio de Vivienda y su dirección de Medio Ambiente, en 1990, muchas cosas cambiaron en el país y en el mundo. Por un lado, la progresiva toma de conciencia de la importancia del tema; por otra parte, la aparición de prácticas productivas, desarrollos tecnológicos, y hábitos de consumo que lejos estaban de imaginarse y que afectan el medio ambiente en el presente o pueden llegar a hacerlo en el futuro.

Desde la creación del Ministerio de Vivienda y su dirección de Medio Ambiente, en 1990, muchas cosas cambiaron en el país y en el mundo. Por un lado, la progresiva toma de conciencia de la importancia del tema; por otra parte, la aparición de prácticas productivas, desarrollos tecnológicos, y hábitos de consumo que lejos estaban de imaginarse y que afectan el medio ambiente en el presente o pueden llegar a hacerlo en el futuro.

En materia agropecuaria se experimentan transformaciones de gran magnitud. La aparición de la soja, y la forestación asociada a las pasteras son buenos ejemplos de los cambios en la producción que, necesariamente, conllevan consecuencias para el ambiente. Pero los problemas no provienen únicamente de la producción agropecuaria. Existen riesgos asociados a otros factores como la industria y el manejo de los residuos de hogares y comercios. Destacan los problemas causados por los desechos electrónicos que proliferan y terminan tirados por cualquier lado.

Al final, la contaminación junto a otras acciones sobre el ambiente terminan impactando directa o indirectamente en la vida de las personas, variando su gravedad según los casos. Está claro que toda actividad humana altera el medio, la clave está en lograr un desarrollo sustentable. Esto no sucedió en el caso de la cuenca del Santa Lucía. Una realidad muy preocupante que muestra cómo pueden complicarse las cosas cuando no se toman previsiones; estando en juego nada menos que el abastecimiento de agua potable de medio país.

Ahora bien. Para armonizar los intereses económicos y sociales en pugna se necesita de un Estado fuerte, capaz de dictar normas para proteger el ambiente y, a la vez, un Estado capaz de imponer sanciones -delitos ambientales incluidos-; todo esto en el marco de un proceso transparente que asegure la participación y el permanente control ciudadano.

Al Ministerio de Vivienda se vino a agregar un Gabinete Nacional Ambiental integrado con varios ministerios que entre otras cosas debe “Proponer al Poder Ejecutivo la política ambiental integrada y equitativa del Estado para un desarrollo nacional sostenible” y una “Secretaría Nacional de Ambiente, Agua y Cambio Climático” con atribuciones para “articular y coordinar con las instituciones y organizaciones públicas y privadas, la ejecución de las políticas públicas relativas a la materia de medio ambiente, agua y cambio climático” y “supervisar el cumplimiento de los acuerdos del Gabinete Nacional Ambiental, así co-mo prestarle soporte técnico y operativo al mismo” .

El gobierno afirma que la Secretaría Nacional de Medio Ambiente, que no tiene control parlamentario por estar en la órbita de la Presidencia, es el esbozo de un ministerio de medio ambiente. Creemos que se debería ir directamente a su creación, por ameritarlo la importancia de la temática. Además, y no es un tema menor, la coexistencia del Ministerio de Vivienda y la Secretaría a la larga podrá ambientar un escenario en que ambos organismos deduzcan competencia, provocando confusión en los actores públicos y privados involucrados y corriendo el riesgo de que se incumplan los buenos propósitos anunciados.

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Gustavo Penadés

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