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100 años de una hazaña

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La hazaña protagonizada por los marinos uruguayos comandados por el T/N Ruperto Elichiribehety, de la que se cumplieron 100 años, no deja de sorprendernos. ¡Si todavía hoy es riesgosa la navegación por los mares antárticos, imaginamos los enormes peligros que debieron enfrentar los marinos de aquellos tiempos!

La hazaña protagonizada por los marinos uruguayos comandados por el T/N Ruperto Elichiribehety, de la que se cumplieron 100 años, no deja de sorprendernos. ¡Si todavía hoy es riesgosa la navegación por los mares antárticos, imaginamos los enormes peligros que debieron enfrentar los marinos de aquellos tiempos!

Aquel Uruguay joven y pujante había respondió el pedido de auxilio lanzado por Sir Ernest Shackleton desde las Malvinas, para rescatar a sus hombres que estaban en la Isla Elefante, a más de 1.500 millas de Montevideo.

En aquel 1916 el mundo estaba en guerra. Habían pasado apenas 86 años de la firma de su Constitución, y todavía estaba muy fresco el recuerdo de Masoller. Colegialistas y anticolegialistas se enfrentaban a días apenas de la elección de la Constituyente.

La actitud del país fue increíble. ¡En tres días se preparó un barco y se alistó una tripulación para navegar en las aguas peligrosas y desconocidas! No se trataba ni de un rompehielos ni de un navío adaptado a la navegación austral, sino de un pesquero de menos de 50 metros de eslora en el que convivían todavía la vela y el vapor. Tampoco la época del año los favorecía ya que era pleno invierno.

La tripulación, encabezada por el T/N Elichiribehety de 28 años de edad, fue completada con militares y civiles, voluntarios. Pese a todos los esfuerzos, la expedición debió retornar sin haber podido concretar el rescate por estar la isla rodeada por varios kilómetros de hielo. No obstante, la expedición fue un éxito en sí misma. Se había demostrado la capacidad del país para asumir un desafío de enorme trascendencia y completarlo con éxito.

Aunque la expedición del “Instituto de Pesca N° 1” concitó atención mundial, el país la olvidó, y se olvidó también de la importancia de la región sur del planeta; en especial de la Antártida. Felizmente, a partir de mediados del siglo pasado, se empezaron a incrementar los esfuerzos para que Uruguay participara en todas las instancias vinculadas con ese continente.

Esa participación diplomática sumada a la presencia activa en el continente ha sido casi la única política nacional que se mantiene a lo largo de los años. Esto se ha logrado gracias al esfuerzo de miles de uruguayos, militares y civiles, que década tras década han contribuido a ese objetivo. En este sentido, es de justicia reivindicar que, la convicción puesta en la tarea por las Fuerzas Armadas ha sido, y es, determinante para superar obstáculos de todo tipo y poder así asegurar la presencia uruguaya en la Antártida. A pesar de todos los avances de la ciencia y de la tecnología, navegar, volar y vivir en esa región del planeta sigue entrañando enormes dificultades y riesgos que para enfrentarlos el país no dispone siempre de los elementos más idóneos.

También es justo dejar constancia que todos los partidos políticos han continuado la política antártica. Y, en tal sentido, tenemos el orgullo de mostrar el gran compromiso del gobierno del Partido Nacional con el tema, en especial del Dr. Lacalle Herrera, quien fuera el primer Presidente de la República en visitar la base Gral. Artigas.

A cien años de aquella hazaña es bueno que nuestro país la recuerde, para retomar el espíritu que animó a aquella gente, tripulantes, autoridades y el pueblo en general que colaboró de mil maneras, uniendo sus energías en una causa noble y superior.

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Gustavo Penadés

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