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Ser valiente

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Para hacer una marcha de protesta por la falta de libertad en Cuba, hay que ser valiente. Y estos muchachos que la convocan para el próximo 15 de noviembre lo son. No cabe duda.

Porque es muy distinto llamar a desfilar en la principal avenida de nuestra capital, como sucedió hace poco en una manifestación que se suponía de reivindicación social de los grupos LGTB, que finalmente resultó ser una movida de orden político, antigobierno. O rodear el Palacio Legislativo para presionar a los parlamentarios para que no se sancione una ley que les molesta o trancar la operativa del puerto aunque cause pérdidas millonarias que hacen gran daño no solo a los empresarios sino a los propios trabajadores y al país todo, a manifestarse públicamente cuando el poder lo ejerce una cruel dictadura.

De las tantas que aún hay en el orbe y todavía persisten en Latinoamérica. Caso de Venezuela o Nicaragua, por más que se hagan pasar por democracias por medio de patéticos disfraces. Las elecciones venezolanas que se avecinan son un perfecto ejemplo de esas obscuras mascaradas. Y lo más deprimente no es solo ver cómo consiguen forzar a lo que queda de la oposición a ser parte del montaje, sino que el embuste llegue a tener eco más allá de fronteras y de mares. Así es que la Unión Europea, que hace años no enviaba a sus veedores a las fantochadas electorales venezolanas, en una cabriola inesperada e inaceptable, anunció el envío de observadores a fin de detectar si se trata de comicios limpios o hay obscuras maniobras.

Un cambio de postura reveladora de una gran superficialidad, ya que fraude viene siendo cometido hace tiempo. Desde que se empezó a perseguir a los contrarios y a meter presos a los líderes opositores para debilitar a sus partidarios, privarlos de sus líderes y alimentar el miedo. Se calcula que hay unos 300 presos políticos y con la reciente muerte del General Baduel, serían 10 personas las fallecidas estando bajo la “custodia” del régimen, sea por torturas o falta de atención médica. El para los familiares dudoso deceso, atribuido al muy útil Covid-19, es en cierta medida paradigmático, ya que se trata de una persona importante del cerno chavista al que se le debe entre otras cosas, nada menos que haber sido el artífice del regreso de Hugo Chávez al Palacio de Miraflores, tras el golpe de estado de 2002 que lo sacó brevemente del poder. (Cuál hubiera sido la historia de Venezuela sin esa intervención suya, es una interrogante que se ha hecho más de uno). En 2004 Comandante General del Ejército y en 2006 Ministro de Defensa. Pasó a retiro en 2007, año en que empezó a manifestarse en contra de la reforma de la Constitución impulsada por Chávez. Detenido en 2009 y quedó preso 8 años. En 2015 nuevamente prisionero dadas su críticas a Maduro.

Con la sempiterna acusación de vínculos con Estados Unidos, el gobierno comunista de Cuba prohibió la manifestación anunciada por el joven dramaturgo Yunior García Aguilera, líder del grupo Archipiélago. La convocatoria apela al artículo 56 de la nueva Constitución cubana que reconoce el derecho a manifestarse. Pero tal cual sucede con cláusulas “pour la gallerie” ya advirtieron que no lo van a respetar. Yunior García, pleno de idealismo, pretende responder al autoritarismo en forma pacífica y con civismo. Así lo manifestó en su audaz respuesta a pesar de haber pasado ya por las manos de la represión. Fue uno de los centenares de arrestados tras las protestas antigubernamentales de la anterior marcha de principios de julio, a pesar de haber sido una concentración en la que la violencia provino de los muchachos enviados por las autoridades, palo en mano, a golpearlos y a detenerlos.

Yunior García pretende responder al autoritarismo con civismo y lo manifestó en su audaz respuesta a pesar de haber estado ya en manos de la represión. Uno de los centenares de arrestados tras las protestas de la anterior marcha de principios de julio.

Mientras les han cortado el internet y la telefonía fija y por Twitter consiguieron avisar sobre la detención de su moderadora Daniela Rojo, la cruzada estatal en la prensa y los mensajes filtrados que circulan por internet para evitar que la gente se una a este llamado, (hace 60 años que no hay libertad ni respeto por los derechos humanos en la isla) los cubanos se encuentran sumergidos en una gran crisis económica. Se refleja en largas colas para comprar alimentos y productos básicos, aumento de la inflación, malas políticas sanitarias contra la pandemia y continuos apagones.

La represión de julio mereció la crítica de organizaciones como Human Rights Watch y Amnistía Internacional, así como de la UE y EE.UU. Pero cuando por otro lado se sabe al Consejo de Derechos Humanos de la ONU, acaba de entrar Eritrea, país con un gobierno autoritario donde los derechos NO son humanos, cabe preguntarse para qué sirven organismos internacionales con estas características.

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