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El domingo pasado nuestro diario publicó una entrevista al politólogo Óscar Bottinelli que generó enorme revuelo.
Muchos de los conceptos vertidos por el politólogo molestaron a quienes apoyan al gobierno, entusiasmaron a sus opositores, y dejaron rascándose la cabeza a los analistas más independientes.
Incluso no faltó quien sugiriera que algunos de sus conceptos estaban fundados en simpatías (o más bien antipatías) ideológicas.
Lo primero que cabe destacar es la libertad que tiene el profesor Bottinelli para opinar como le plazca. La libertad de opinión y de prensa es una de las características primordiales de un régimen de libertad, como dejara claro hace ya mucho tiempo John Milton en el siglo XVII y algo más recientemente John Stuart Mill en el siglo XIX.
Lo segundo que cabe comentar es que algunos de los conceptos que maneja en esa entrevista son muy difíciles de acompañar, cuando no de entender. Algunos incluso parecían peligrosamente cercanos a cosas como las que ha dicho su colega Daniel Chasquetti, quien afirmó en la Tertulia de En Perspectiva esta semana que el gobierno está perdido en varios temas y que la crítica del Frente Amplio “es demoledora”, algo que no se animaría a afirmar ni el Pacha Sánchez ni Gonzalo Civila.
Bottinelli es un hombre de amplia cultura, especialmente en temas de estadísticas y sistemas electorales, además de contar con fino olfato para la opinión pública. Por eso resulta muy difícil explicarse algunas de las cosas que dijo. Por ejemplo, expresa el director de Factum que una vez pasada la pandemia “Un escenario de alta probabilidad es que se produzca una caída fuerte de la imagen del presidente, que puede afectar a su partido en la medida de que está todo muy centralizado en su figura”.
La afirmación se basa en que la imagen del presidente está sustentada en el manejo de la pandemia, pero cuando “se entra a ver la valoración de la gestión en otros tipos de temas como el ingreso a los hogares, el empleo, la pobreza, la seguridad y la inflación, se ve que los indicadores son bajos y predominantemente negativos”.
Lo que dice Bottinelli es muy distinto a lo de todas las demás encuestas conocidas y, además, no tenemos el gusto de conocer los datos de Factum al respecto. Hace consideraciones también sobre la agenda económica del gobierno: “La ministra de Economía tiene una posición muy rígida en cuanto a lo que fue lo dominante en la concepción económica que se asocia al liberalismo, a la importancia del grado inversor”.
Aquí demuestra que sus conocimientos de economía no están en par con los de la ciencia política. La Ministra ha sido suficientemente flexible como para aumentar el gasto en todo lo necesario en temas sanitarios, económicos y sociales, se han tomado decenas de medias concretas y se ha incrementado la inversión social en un 60% el año pasado.
La entrevista publicada en El País con el politólogo Óscar Bottinelli generó mucha polémica, ante lo llamativo de algunas de sus posturas.
Luego Bottinelli sostiene que la estructura de la coalición es endeble, pese a su funcionamiento casi perfecto el año pasado y luego entre en las partes más exóticas, cuando afirma que hay hostigamiento de parte del gobierno hacia Cabildo Abierto y el Frente Amplio. Sostiene que: “Permanentemente hay intenciones de dejar mal parado a Cabildo Abierto”, lo que implica atribuir intenciones que no se sabe bien cómo conoce y, lo que es peor, se las atribuye al propio Presidente de la República.
Luego continuando con la lista de perversiones que le atribuye al gobierno, Bottinelli afirma que respecto al Frente Amplio, el mismo también tiene “una línea de búsqueda de hostigamiento permanente”. Parece que Bottinelli no recuerda lo excluyentes que fueron los 15 años de la era previa. O el tono de guerra abierta que ha declarado la oposición desde el 1° de marzo pasado, incluso convocando a cacerolear contra un gobierno democrático y en medio de una crisis sanitaria. ¡Y para exigir una cuarentena forzosa! ¿Hostigamiento? ¿De quién?
La entrevista tiene otros puntos discutibles. Pero lo llamativo es que Bottinelli no le reconoce un solo mérito al gobierno con mayor popularidad en mucho tiempo. Dice que el apoyo al presidente es altamente probable que caiga fuertemente, algo que suena más a horóscopo que a análisis serio. Critica su línea económica y lo acusa de perseguir a otros partidos, incluyendo a la propia coalición. Por momentos es difícil convencerse de que esto sea un análisis imparcial.
De nuevo, todo el mundo tiene derecho a tener su lectura de las cosas. El tiempo confirmará quién se acercó más a la realidad.