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Sendic, el riguroso

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El vicepresidente Sendic nunca hizo autocrítica sobre su nefasta actuación al frente de Ancap, ni aclaró sobre el título de Licenciado que nunca tuvo. Pero, para él, lo que verdaderamente le hace daño al Uruguay, es la falta de rigurosidad periodística.

El vicepresidente de la República, Raúl Sendic, tiene un problema con la prensa. Tal vez considera que es culpa de la prensa el formidable agujero negro que apareció en Ancap luego de su presidencia, o que haya inventado que hizo alarde de un título profesional que no tiene. Lo cierto es que cada vez que puede desliza comentarios malintencionados sobre los medios y muchas veces todo su partido político, el Frente Amplio, lo respalda y aplaude.

Hace unos días salió a "desmentir" un par de informaciones aparecidas en la prensa y de paso aprovechó la oportunidad para pasar su mensaje: "La falta de rigurosidad periodística hace mucho daño al Uruguay. Yo no les pido a los periodistas que hablen bien, pido que digan la verdad. No creo que necesitemos una prensa obsecuente, lo que necesitamos es una prensa que efectivamente tenga criterio, sea profesional, y que investigue de verdad, tome los datos, chequee antes de publicar, porque la verdad es que en este camino que hemos encontrado donde una parte —no acuso a todo el periodismo, hay gente que hace excelente trabajo—, determinados medios, empezaron a utilizar una práctica que no hace bien a la sociedad y al país".

Realmente impacta e impresiona la preocupación del Vicepresidente por la seriedad de las informaciones y cómo el mal manejo de ellas puede dañar al Uruguay. Seguramente piensa que el ajuste fiscal con tarifas públicas incluidas que se descargó sobre la ciudadanía —y el que se puede venir en la próxima Rendición de Cuentas— es por culpa de "determinados medios" y no del pufo de 800 millones de dólares de su pasaje por Ancap, o que la "falta de rigurosidad periodística" sea la causante de que su auténtico título de Licenciado haya desaparecido y solo la senadora Lucía Topolansky haya tenido oportunidad de verlo antes de que se esfumara. No invente. No es atacando a la prensa que se cambia la realidad o que las cosas van a dejar de ser lo que son. No desprecie la inteligencia de los uruguayos.

Pero esto de Sendic no es nuevo. Tiene antecedentes, él y su partido, en embestir contra los medios de comunicación. Cuando se destapó el episodio del título inexistente del Vicepresidente de la República, la defensa que hizo el rigurosísimo Plenario del Frente Amplio fue denunciar la existencia de "una campaña de la oposición y de diferentes medios de comunicación destinada a menoscabar la imagen y credibilidad tanto de integrantes de nuestro gobierno como de debilitar la estabilidad democrática del país". Así nomás: cuando se dijo que Sendic no tenía un título que no tiene, los medios de comunicación estaban en campaña para "debilitar la estabilidad democrática del país". Solo el Frente Amplio o el norcoreano Kim Jong-un pueden decir un disparate de este calibre.

También tuvo una sonada intervención en México en ocasión de participar en un ciclo sobre Retos Globales para la Democracia. Allí habló de que "hay poderes fácticos en nuestra sociedad que son muy difíciles de enfrentar. La prensa juega un papel más importante que la oposición de derecha, es un poder fáctico que tenemos enfrente… lo único que hace es enumerar los problemas y dificultades y jamás reconoce ninguno de los logros que hemos tenido".

La confusión de Sendic es propia de una cerebro impregnado de muchos años en Cuba y una marcada influencia del populismo instalado en esta región de la mano del venezolano Chávez, los Kirchner y otras yerbas. El vicepresidente de la República (de toda la República) en el exterior, menospreció a la oposición de su país y ubicó a los medios de comunicación como algo que enfrentaba al gobierno. Si quedaba alguna duda, la disipó con su remate: "Si es corrupto no es de izquierda".

El sector político del vicepresidente (Compromiso Frenteamplista) ha visto cómo emigraban muchos dirigentes hacia otros grupos por el brutal desgaste de la figura de su líder. Su propio abogado lo consideró un "cadáver político". Los que permanecen con él han anunciado la idea de reformular la corriente, "reinventarse" y constituirse en puerta de entrada para el FA. No parece que vayan a tener mucha suerte, pero si aspiran a tenerla, bien podría Sendic empezar por dejar de decir tonterías y sobre todo, dejar de mentir. Si la prensa y la libertad de prensa que hay en este país le molestan, sáquese la careta y dígalo de frente.

Va a ser muy duramente criticado, pero por lo menos tendrá el orgullo de decir la verdad sobre lo que piensa. Eso sí, no se olvide que donde la información y la prensa son débiles, la corrupción es muy fuerte y prevalece.

EDITORIAL

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