Publicidad

El regreso de la libertad

Compartir esta noticia

SEGUIR

Introduzca el texto aquí

Mañana, 1° de marzo, se cumple el primer año de gobierno de la coalición republicana liderada por el Partido Nacional y el presidente Lacalle Pou.

Hay momentos en los que parece que hicieran cinco, pero recién ha transcurrido el 20% de esta administración. Esto, en buena medida, por el impacto que nos ha causado la pandemia que ha despatarrado las vidas, planes y proyectos de todos los uruguayos. Empezando por los del propio gobierno.

Este primer aniversario ocurre en un momento muy especial. Coincidirá con el inicio del proceso masivo de vacunación que, todos anhelamos, sea el principio del fin de esta pandemia. En ese sentido, a la hora del balance ineludible de un hito como el ocurrido hace un año, el cambio de gobierno en forma democrática después de 15 años de gestiones del Frente Amplio, este se puede enfocar por dos lados. Primero, lo más concreto.

Durante este año el gobierno enfrentó el desafío de la pandemia con eficiencia, efectividad y una dinámica como no se veía hace tiempo en el país. Los números son expresivos: 55 mil infectados, 600 fallecidos, casi un millón de test PCR realizados, y una economía que caerá menos de un 6%. La comparación con cualquier otro país de la región, y hasta del mundo, deja en evidencia la efectividad del gobierno en el combate a este flagelo. Por manejar una cifra simple, el país más parecido a nosotros, Argentina, ha tenido más de 50 mil muertos, y su economía paralizada por todo un año, dejará cicatrices que no podrá disimular ni la mejor política social de la historia.

Pero la pandemia no paralizó la gestión del nuevo gobierno. En este año se logró aprobar tanto la Ley de Urgencia, donde se incluía buena parte del programa con el que la Coalición Republicana concurrió a las urnas en noviembre. Esa ley brindó los instrumentos para dar un giro fundamental y mejorar en áreas que la sociedad demandaba, como la seguridad pública donde ya se sienten los efectos beneficiosos de los cambios.

También se aprobó una ley de Presupuesto que por un lado ha dado certezas y un rumbo a las finanzas del estado, y a la economía general del país. Desde hacía años ya, Uruguay vivía una espiral de descontrol de las finanzas públicas que hacía que los privados no se animaran a invertir. Este Presupuesto facilitará que, una vez pasados los efectos de la pandemia, podamos tener una recuperación saludable y sostenible.

Pero por encima de medidas y leyes, el nuevo gobierno ha traído un cambio imprescindible en muchas áreas profundas de la realidad nacional.

El primero, la muy necesaria rotación en el ejercicio del poder. Tras 15 años de gobernar en forma hegemónica, era claro que el Frente Amplio exhibía ya los signos de una decadencia interna, política y hasta ética en muchos dirigentes. Algo que es todavía más expresivo un año después, cuando se comprueba la desesperación, fanatismo y falta de rumbo que tienen los líderes de esa coalición, que no terminan de aceptar haber sido desplazados del poder. Y que han sido capaces de discursos y acciones demagógicos que atacan valores centrales de una democracia, con tal de golpear al gobierno actual y ganar unos puntitos en apoyo popular.

Y luego está el tema de los valores. El nuevo gobierno ha honrado sus promesas electorales, y la mejor tradición del país, al reflotar en este año valores que son centrales para construir un país con futuro. La transparencia a la hora de brindar información sobre todos los temas, la apelación al diálogo, a la pluralidad y al consenso hacia dentro y hacia afuera. A enfrentar la burocracia y las prácticas clientelares, y a cambiar el palabrerío hueco por acciones y eficiencia.

Por último, y fiel a las raíces de su partido, el presidente Lacalle Pou ha devuelto el valor supremo de la libertad a su lugar necesario de eje articulador de todas las relaciones sociales. Incluso en un período de emergencia, cuando muchas voces clamaban sacrificar esa libertad ante el altar de una seguridad renga, de un miedo paralizante. “El gobierno siempre tuvo una vocación de libertad”, dijo Lacalle Pou en su última conferencia de prensa. Y la realidad es que lo ha cumplido a rajatabla.

Hace un año, miles de jinetes a caballo llegados de los rincones más alejados del país, desfilaban por el centro de la capital para saludar el inicio de una nueva era política. Mañana, el festejo será con miles de uruguayos recibiendo la vacuna que significará el regreso a vida normal, y la esperanza de un futuro más justo y próspero. Difícil pensar en una manera mejor de celebrar un hito histórico en nuestra democracia.

¿Encontraste un error?

Reportar

Temas relacionados

Editorial

Te puede interesar

Publicidad

Publicidad