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¿Una "regresión a la derecha"?

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El tiempo de gran crecimiento se terminó. Ahora el tema es cómo se adaptan los distintos actores económicos y sociales a esta nueva realidad. En lo que refiere al Pit-Cnt, las referencias son las mismas de siempre y responden a una concepción izquierdista y perimida de la economía y de la sociedad.

La central sindical cree que vivimos una crisis general del capitalismo internacional. Está preocupada porque pueda haber una "regresión a la derecha" de parte del gobierno de Vázquez, como la que se verifica, según ella, con Mauricio Macri en Argentina; con el proceso en marcha de "golpe de Estado" en Brasil; con el triunfo "contrarrevolucionario" en las recientes legislativas en Venezuela y con el fracaso del plebiscito constitucional en Bolivia.

El problema es que como vive en una burbuja de discursos izquierdistas radicalizados, el Pit-Cnt hace una lectura equivocada de la realidad. Por un lado, en la escena internacional estamos muy lejos de estar viviendo una "crisis del capitalismo". Solo el delirio de la obsesión comunista que todavía guía el pensamiento de algunos dirigentes sindicales puede creer semejante disparate. El capitalismo goza de buena salud, y se sigue verificando el crecimiento de la economía mundial con los grandes protagonismos de la capitalista China y el potente Estados Unidos, entre otros países relevantes a nivel internacional.

Por otro lado, el auge derechista que percibe el Pit-Cnt en la región es simplemente una construcción ideológica que mezcla procesos políticos completamente diferentes y saca así conclusiones equivocadas. ¿Qué tiene que ver el triunfo de Macri, totalmente legítimo y democrático, con la crisis política de Brasil? ¿Cómo comparar una decisión soberana sobre un cambio constitucional en Bolivia, con el amplio triunfo parlamentario en un contexto de crisis económica fenomenal como lo que ocurrió en Venezuela?

Sin embargo, a pesar de estos discursos que analizan tan mal la realidad internacional y de la preocupación por la posible "regresión a la derecha" del gobierno de Tabaré Vázquez, lo cierto es que en lo esencial el Pit-Cnt sigue siendo principal sostén del Frente Amplio gobernante.

¿O acaso hubo manifestaciones, paros o movilizaciones importantes por el aumento de tarifas fijado por el Ejecutivo a inicios de este año que quitó poder de compra a los trabajadores? ¿O acaso hubo huelgas y movilizaciones por el mal manejo de Pluna y Ancap que hicieron perder cientos de millones de dólares al Estado? ¿O acaso hubo críticas de la central sindical hacia las políticas del Frente Amplio cuando se conoció hace algunas semanas atrás que la pobreza había aumentado en Montevideo entre 2014 y 2015?

Incluso en algo que atañe directamente a los trabajadores, como es el fijar aumentos salariales menores a la inflación constatada como hace este gobierno del FA, la central sindical también ha sido discreta en su crítica. ¡Qué no hubiera hecho el Pit-Cnt si el que perjudicara así los salarios de los obreros fuera un gobierno blanco o colorado! En vez de eso, la reacción del Pit- Cnt ha sido la de buscar un chivo expiatorio en las cadenas de supermercados, conspiradores responsables, según la central, de que la inflación aumente.

El Pit-Cnt con su origen clasista y combativo jamás la emprenderá contra el gobierno del Frente Amplio porque cree que es un aliado en la causa de "la lucha de clases" que sus dirigentes, muchos de ellos comunistas, creen todavía vigente. Evitan responsabilizar al gobierno del Frente Amplio de las pérdidas de empleos, poder adquisitivo y calidad del trabajo. Porque la verdad sobre la que no habla el Pit-Cnt es que en este último año, la pobreza en el mundo urbano aumentó en todo el país; la desocupación es más alta, sobre todo en el poderoso e importante sector de la construcción; y el poder de compra de todos los salarios cayó.

La central dice que sus objetivos son mantener el nivel de salarios a través de las negociaciones colectivas y el nivel de ocupación. Sus herramientas son el control de precios, a pesar de que no da resultado; la mayor inversión pública, a pesar de que el déficit fiscal es enorme; y la profundización del giro a la izquierda anticapitalista, a pesar de que ningún país socialista fue nunca próspero.

El problema no es una improbable "regresión a la derecha" del gobierno de Vázquez. El problema es la constatable regresión izquierdista sindical, que en vez de actuar con realismo y responsabilidad, mantiene su discurso sesentista apolillado.

EDITORIAL

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