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La verdad sobre la pobreza

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La noticia no tuvo mucho eco mediático porque parecía sin sorpresas. Según el cálculo del Instituto Nacional de Estadísticas (INE), el 9,7% del total de la población del país vivió bajo la línea de pobreza en 2015, igual que en 2014, y siempre por debajo de la proporción de 10% que ha sido objetivo de la izquierda en el gobierno.

Pero a poco que se analice mejor se verá que comporta resultados preocupantes.

Primero, porque es la primera vez en 10 años que el índice se estanca. Desde el 32,5% de 2006 y hasta 2014, todos los años, la cantidad de pobres medida por ingresos monetarios del INE había bajado. ¿Acaso este dato de 2015 es el preámbulo que abrirá un nuevo tiempo de aumento de la pobreza a partir de 2016? El reciente informe de la Cepal va en este sentido cuando analiza la situación social latinoamericana. Sus proyecciones ya para 2015 son que la tasa de pobreza se situará en 29,2%, y la tasa de pobreza extrema en el 12,4% del total del continente, lo que representaría aumentos de 1% y 0,6% respectivamente, con relación a 2014.

Segundo y vinculado a esto, porque lo que surge del estudio del INE es que tras ese estancamiento general en 9,7%, lo que hubo en realidad fue un aumento de la cantidad de pobres entre los uruguayos que viven en las localidades de más de 5.000 habitantes.

Por supuesto, es un dato que no fue destacado en ninguna parte, y que no fue comentado ni por los representantes del gobierno, ni por los numerosos intelectuales y universitarios vinculados a las ciencias sociales que por lo general son tan afines a la izquierda.

En 2014, entre la población que habita localidades de más de 5.000 habitantes, la pobreza fue de 10,1%. En 2015, alcanzó el 10,4%. En este sentido, lo más importante es lo ocurrido en Montevideo, porque allí la pobreza subió de 13,1% a 13,4% entre 2014 y 2015. ¿Cómo logra entonces la medición del INE que se mantenga la pobreza general en 9,7%? Porque en las localidades menores a 5.000 personas su cálculo dio como resultado que la pobreza bajó de 9,4% a 8,3% en un año.

Pero lo verdaderamente cierto es que en el mundo urbano, que concentra la inmensa mayoría de la población del país, hay más gente que vive por debajo de la línea de pobreza en 2015 que la que hubo en el año 2014.

En la población más vulnerable, que es la de los niños menores a 6 años de edad, la pobreza también subió. Pasó de 20,4% a 20,6% en el total del país. En Montevideo, donde en los últimos años la situación de pobreza de la niñez es la peor, pasó de 28,8% a 28,3%, y en el interior del país subió de 15,3% a 15,7%. Así, luego de una década de gobiernos frenteamplistas, el proceso tantas veces denunciado en los años noventa de la infantilización de la pobreza se mantiene: al menos 1 de cada 4 niños vive por debajo de la línea de la pobreza en nuestro país, incluso luego de la década de bonanza económica más grande de la que se tenga registro.

Y aquí está la conclusión más importante de estos datos recientes del INE. Mientras que la economía creció a tasas muy altas, la población pobre fue cada vez menos numerosa todos los años. Sin embargo, en este 2015 en el que el crecimiento fue solo de 1%, ya la pobreza comenzó a crecer nuevamente en el país urbano, y en particular en Montevideo.

Esta constatación estadística va en el sentido del argumento del estudio de la Cepal, para quien la mejora social general de estos años en los países latinoamericanos se explica más que nada, en la inmensa mayoría de ellos, por sus altos crecimientos económicos.

Es decir que no fue por políticas redistributivas, ni por la eficiencia de las políticas sociales, sino que fue sobre todo por el efecto derrame del crecimiento de la economía entre los que menos tienen.

Nuestro país es así un buen ejemplo de este proceso. Este aumento de la pobreza en el mundo urbano en 2015 medido por el INE muestra a las claras que el argumento oficialista de que la mejora de la situación social era debida a políticas específicas, no se respalda en datos de la realidad. Es más: muestra que cuando la economía no crece a ritmo muy alto, la izquierda gobernante no logra que la pobreza siga bajando.

El detalle de este informe del INE explica por qué el gobierno se hizo tan discreto con la noticia del 9,7% de pobreza en 2015, y también el silencio de los universitarios especializados en estos temas que siempre son tan funcionales al oficialismo. Sin embargo, a pesar de esta comedida reserva, la verdad es que este dato sobre la pobreza esconde resultados muy preocupantes para el futuro.

EDITORIAL

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