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Los ojos del líder

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Lo que nadie debe obviar es la falla que como líder le cabe a José Mujica y sus acólitos, por cobijar e impulsar para que llegase a presidir el Senado y todo lo demás, a este joven que de virtuoso le queda únicamente en su entorno, su apellido de raigambre tupamara.

El jueves 7 fue la noche de la Gala de Endeavor, la ONG decana en el Uruguay de la promoción del espíritu emprendedor. Felizmente, aunque el país ha quedado durante largo tiempo como si alguien hubiera apretado el botón de pausa a consecuencia del patético asunto Sendic (renuncia sí, renuncia no), la absurda parálisis no ha sido absoluta.

La respuesta a esta convocatoria que se ha vuelto un hito tradicional de cada año, fue enorme. Hasta el lugar señalado acudieron más de 850 personas, mayoritariamente del mundo empresario y emprendedor, tanto de los grandes como de los chicos, los establecidos y los que recién empiezan, además de algunos políticos y periodistas. Incluidos los emprendedores Endeavor, algunos como PedidosYa que logró acceder a la bolsa de Frankfort en compañía del grupo Delivery Hero, valuada en 5 billones de dólares, con un éxito colosal.

A la temprana hora señalada y aún antes de la siete, empezó a llegar la gente de distintos géneros y edades, ávidos por aprovechar el evento y poner en práctica el ansiado net working, aparte de la lógica expectativa por escuchar al orador llegado desde Argentina, Mario Quintana, gran hombre de negocios (solo en Farmacity tiene 8 mil empleados) quien decidió dar un gran salto, pasando a servir al país desde otra trinchera.

Luego de apartarse de sus firmas, se convirtió en parte del equipo de Mauricio Macri. Es uno de los hombres más cercanos al Presidente. Ocupa una posición que lo lleva a trabajar sin descanso durante todo el día y aun los fines de semana, como Secretario de Coordinación Ministerial del Gobierno Argentino. Pero lejos de mostrarse arrepentido de su decisión, se lo ve profundamente consustanciado, con una firme vocación por contribuir a hacer de Argentina una nación de la cual enorgullecerse, él y todos los argentinos. Por más trabajo, sinsabores y sacrificios que esta valiosa ambición exija.

Con una charla que fue mucho más allá del tema negocios y emprendedurismo, abarcando su nueva actividad en la política junto a reflexiones sobre nuestro mundo en su ínfima dimensión espacial y el papel del hombre en el planeta, por más que Laura Raffo, su entrevistadora, le aplicara un desafiante y específico cuestionario. Una de sus muchas respuestas es posible justamente, aplicarla a la lamentable situación que atraviesa Uruguay en estos momentos.

Vienen a la memoria las palabras de Quintana, cuando se oye a un expresidente de la República, como es el señor Mujica, decir en tono de bufa, que su mujer "hará la changa". Que aceptará ser la próxima vicepresidente tras la renuncia del actual. Cuando además agrega que así será si ese es el pedido de los muchachos compañeros, es difícil no sentirse revuelto. Una vez más, los uruguayos tienen que oír como este personaje que llegó a la Presidencia por los votos y por suerte, no por las armas como había sido su primera intención, desmerece las responsabilidades institucionales al tiempo que busca disimular la gravedad del inédito hecho que acaba de ocurrir.

Preguntado sobre cuáles han de ser o son, las cualidades de un líder, el conferencista respondió que un líder debe VER. Un líder es alguien capaz de captar la fibra del otro, la madera de la que está hecho, vislumbrar su potencial, y entonces atraerlo y darle posibilidades para que lo desarrolle y pueda crecer y aportar a la sociedad por medio del trabajo que sea.

Se recuerda entonces a quien le dio alas y protección a Sendic. A quien lo puso en el candelero con miras a ser la renovación del partido. A quienes lo llevaron al cargo de presidente de Ancap, la principal empresa del país y a ocupar la Vicepresidencia de la República.

Más allá de la evidente incapacidad del renunciado, suficientemente demostrada con su actuación tanto al frente de sus altos cargos como con su actual actitud al dar la impresión de que ni siquiera entiende por qué debe renunciar, ni tampoco ante quién, ya que lo hace frente su partido político, como si lo suyo se tratara solo de una injusticia de la cual él es la víctima; o de la venalidad que pueda determinarse en el futuro sobre su persona y su forma de actuar, lo que nadie debe obviar es la falla que como líder le cabe a José Mujica y sus acólitos, por cobijar e impulsar para que llegase a diputado, Ministro de Industria y todo lo demás, a este joven que de virtuoso le queda únicamente en su entorno, su apellido de raigambre tupamara. Si bien la renuncia todavía debe oficializarse en la Asamblea, según opinión de constitucionalistas, la historia no termina aquí. Queda todavía por verse qué sucede en la Justicia con las varias denuncias sobre Ancap.

EDITORIAL

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