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Ahora Montevideo

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Ya quedan menos de 20 días para las elecciones departamentales, aunque recién el país comienza a tomar color electoral. 

La pandemia no solo demoró la realización de estos comicios que debieron ocurrir en mayo, también ante la atención que demandó el COVID-19 pasaron inevitablemente a un segundo o tercer plano del que recién están volviendo.

Las malas campañas de los candidatos frentistas junto a la excelente de Laura Raffo hacen que la elección capitalina no esté definida y no sería de extrañar que las próximas encuestas la muestren a tiro. Las encuestas, además, comienzan a mostrar que la elección está entre dos mujeres. Dentro del Frente Amplio parece estar sacando la cabeza Carolina Cosse, por lo que, finalmente, los montevideanos deberán optar entre la expresidente de Antel y Laura Raffo.

Cosse corre por la izquierda dentro de la coalición monocolor y no le ha ido mal. Con un discurso agresivo, que ha llegado varias veces al insulto a la candidata de la coalición multicolor, propuestas demagógicas y un claro tono confrontativo ante el gobierno nacional. Es cierto que todo el Frente Amplio ha asumido la contienda municipal como una batalla cuasi bélica, llegando a afirmar en su programa de gobierno: “El centro para el Frente Amplio son las montevideanas y los montevideanos y este tiempo nos impone el desafío de enfrentar desde la IM los embates del programa restaurador de privilegios de un gobierno nacional de derecha, que representa los intereses de los sectores más reaccionarios de las clases dominantes”.

Curioso sentido democrático demuestra el Frente Amplio al llamar reaccionarios a la mayoría de los uruguayos, y quizá, cuando se refiere a dominante hace alusión a su triunfo en la última elección, si no resulta muy difícil de explicar. Dentro de este posicionamiento, que muestra al Frente volviendo a sus posiciones previas a 2005, más a la izquierda, más duro y más divisiva, Cosse lleva la posta de su partido. Lamentablemente, como ocurre en tantas elecciones en el mundo hoy en día, estas posiciones extremistas, que procuran ganar votos sembrando cizaña y azuzando odios, parece redituar en parte de la ciudadanía.

Es importante, a la hora de elegir a una persona que se encargará de asignar recursos de unos 2 millones de dólares por día, además, tomar en cuanta sus antecedentes. Todo el país sabe que Cosse fue una pésima presidenta de Antel, que el manejo financiero de la empresa fue deplorable y que ranquea bajo, en la nómina de dirigentes frentistas de las administraciones pasadas, lo que ya es mucho decir.

Además, en las últimas semanas se ha sabido del gasto desproporcionado en publicidad que realizó el ente bajo su presidencia, con malos resultados como explicó el actual presidente de la empresa Gabriel Gurméndez. Esta publicidad, evidentemente, no respondió a los intereses del ente, sino a los de su carrera política, lo que debería ser motivo de una condena severa, no un premio como la intendencia de Montevideo.

En las últimas semanas se ha sabido del gasto desproporcionado en publicidad que realizó Antel bajo la presidencia de Carolina Cosse con malos resultados, como lo explicó el actual presidente de la empresa, Gabriel Gurméndez.

Por cierto que la inversión del Antel Arena es la frutilla de la torta de su gestión. Por fuera del rubro de la empresa, gastando el doble de lo proyectado y con una gestión financiera que da pérdidas y que no permitirá repagar la inversión en un siglo, Cosse demostró todas sus dotes como gestora. El desprecio por los recursos públicos es una de las peores características que puede tener un político, porque demuestra directamente su desprecio por los ciudadanos, sus necesidades y sus urgencias.

El contraste con Laura Raffo no podría ser más claro. Una economista destacada, con experiencia exitosa al frente de varias organizaciones, sin mácula en toda su trayectoria y una sólida reputación, basada en su inteligencia, capacidad y honestidad. Laura Raffo es, a todas luces, una de las mejores candidatas que Montevideo ha tenido en su historia contemporánea, con un programa y un equipo, que incluye alcaldes, ediles y técnicos, capaces de proyectar el departamento que los montevideanos se merecen.

Es necesario dejar de contratar secretarias políticas a dos meses de las elecciones y en forma retroactiva para pagarles más e invertir en las calles y veredas de Montevideo. Es necesario dejar de acomodar gente para dar cursos de lenguaje inclusivo y mejorar la iluminación y los espacios públicos de la ciudad. Es necesario dejar de gastar dinero en tinglados para los jerarcas, para destinarlo a atender la recolección de residuos y su posterior reciclaje que ha sido completamente abandonado. Montevideo también merece cambiar y la posibilidad está al alcance de la mano.

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