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El momento de Uruguay

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El análisis de varios aspectos conduce a que la salida de la pandemia, si no se producen sorpresas, encuentra a nuestro país excepcionalmente bien parado para aprovechar la coyuntura.

Se conjugan las fortalezas históricas del Uruguay con lo realizado en la gestión del actual gobierno, tanto respecto a la pandemia como a afrontar desafíos que estaban pendientes o en los que el país venía barranca abajo.

Comenzando por los aspectos estructurales, nuestro país es un oasis de estabilidad política y respeto a las instituciones en la región. Los gobiernos democráticos se suceden gane quien gane, los presidentes cumplen sus mandatos, el Parlamento funciona libremente, el Poder Judicial no está corrompido y la libertad de expresión y de prensa está plenamente garantizada. Estos no son méritos del actual gobierno, es el camino que ha sabido construir el pueblo uruguayo a lo largo de su historia, que hoy luce con todo su brillo ante la lamentable situación que enfrentan muchos países del continente.

Pero también deben destacarse los aspectos de la gestión del gobierno del Presidente Lacalle Pou que sí tienen un impacto directo en el gran momento que podría tener el país por delante. En efecto, desde lo sanitario a la seguridad o a la economía los logros no son desdeñables y muestran que se cambió la pisada respecto a los tres lustros anteriores, con buen tino.

El manejo de la pandemia, como muestran todas las encuestas, es justamente bien valorado por la población. En efecto, si bien hay que lamentar las muertes provocadas por el COVID-19 es cierto que nuestro país hasta ahora solo enfrentó una ola, mientras la mayoría sufrió tres o cuatro. Que la forma en que el gobierno trabajó para conseguir las vacunas, y realizar una campaña de vacunación exitosa nos coloca entre los mejores del mundo en la materia. Esto no es producto de la casualidad, es una muestra nítida de buena gestión en tiempos de crisis, lo que debe valorarse doblemente.

En otros temas en que el Frente Amplio había tirado la toalla y afirmaba que era imposible mejorar, como la seguridad pública, los resultados obtenidos demuestran que sí era posible comenzar a revertir la tendencia permanente al aumento de los delitos. Los números son contundentes y van más allá de la pandemia; los asesinatos, hurtos, rapiñas y demás delitos vienen bajando gracias a la Ley de Urgente Consideración y a la conducción del Ministerio del Interior.

En inserción internacional, otro tema que fue abandonado a su suerte por el Frente Amplio, vemos que el país comenzó a caminar. Tanto la propuesta de flexibilización del Mercosur como la negociación en curso del TLC con China muestran que los avances son concretos y para nada menores. En efecto, el país con quien estamos negociando un tratado de libre comercio es al que le pagamos más de la mitad de todos los aranceles que pagamos.

Uruguay tiene una gran oportunidad para comenzar a caminar hacia un mejor destino gracias a la coyuntura global, a sus fortalezas históricas, y a logros de la administración actual.

La Comisión de Expertos en Seguridad Social culminó su documento de propuestas para la demorada reforma de la seguridad social, otro avance muy relevante. El Ministro de Economía del gobierno anterior afirmó que era una reforma fundamental para el país pero que quedaba para el próximo gobierno. Pues bien, este gobierno recogió el guante y está encarando el tema con solvencia técnica y sensibilidad social en uno de los temas en que más se juega el futuro del país.

También la forma en que se manejaron las finanzas públicas durante la pandemia, aumentando el gasto para atender la emergencia mientras se reducía el gasto estructural muestra que era posible dejar el camino de siempre de aumentar impuestos para gastar más aunque ese gasto fuera dilapidar recursos públicos. El país se encamina a mejorar su frente fiscal, luego que en 2019 se diera el mayor déficit fiscal en tres décadas producto del desmanejo de los gobiernos frentistas que ni en bonanza supieron manejar bien la economía.

En definitiva, gracias a los factores que siempre distinguieron al Uruguay y que lo siguen distinguiendo y a que se llevaron adelante cambios importantes en materia de políticas públicas es que el Uruguay se vuelve un país atractivo para vivir y para invertir. Estamos en un gran momento para generar un nuevo período de crecimiento económico con generación de puestos de trabajo, lo que ya ha comenzado a verse este año. Uruguay tiene una gran oportunidad para comenzar a caminar hacia un mejor destino, pese a los que ponen palos en la rueda a todo lo que se mueve y a los pesimistas de siempre.

Es tiempo de avanzar.

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