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La mentira como método

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Editorial

Daniel Martínez avaló públicamente que Sendic continuaba en Ancap las políticas que él había iniciado y que la llevaron a la quiebra y a la recapitalización que pagamos todos los contribuyentes uruguayos.

En los últimos años el artilugio político de recurrir a noticias falsas (las célebres "fake news"), las medias verdades, cuando no directamente mentiras puras y duras, ha hecho estragos en la actividad política de muchas democracias en el mundo. No es que el recurso sea nuevo, pero las redes sociales, los medios digitales y las aplicaciones de mensajería directa han potenciado estas prácticas hasta niveles insospechados.

En este sentido hay que reconocerle al partido de gobierno en nuestro país una capacidad innovadora digna de mejor causa. Por estos días uno de los principales temas de conversación en las redes sociales fue el debate respecto a la mentira utilizada por el Frente Amplio en la campaña de 2004 sobre los niños que comían pasto. Ya se sabía desde hace tiempo que eso era falso, lo novedoso fue conocer que Vázquez también ya sabía que era falso desde la campaña que lo llevó a su primera presidencia y, sin embargo, no tuvo ningún inconveniente en utilizarla a troche y moche.

Es interesante también repasar las mentiras de muchos jerarcas del gobierno respecto a Raúl Sendic; ahora casi todos lo quieren defenestrar, pero hasta hace solo algunos meses lo defendían a capa y espada. Vale recordar que el propio presidente de la República lo defendió arguyendo que le hacían "el bullying más fantástico que he visto en mi vida". La actual vicepresidente declaró sin inmutarse que ella había visto el título de Licenciado en Genética Humana de Sendic, un título que no existe.

Y el intendente de Montevideo Daniel Martínez declaró en 2013: "Sinceramente, Raúl Sendic como Presidente, de forma brillante siguió avanzando en el cumplimiento de todos los objetivos y permitió que nuestro país avanzara en el sentido estratégico, que es lo que hay que evaluar, no hay otra cosa que evaluar."

De la frase, amén del absurdo y la mentira, se desprende que Martínez avaló que Sendic continuaba en Ancap las políticas que él había iniciado y que la llevaron a la quiebra y a la recapitalización que pagamos todos los uruguayos.

Un capítulo aparte en las mentiras oficialistas merece el tema finanzas y tarifas públicas. Cuando el gobierno aplicó medidas de ajuste fiscal se le llamó adecuación fiscal. El actual candidato Mario Bergara declara que el próximo gobierno no necesitará aplicar un ajuste fiscal sino una "corrección" fiscal. Y así otras autoridades intentan ocultar con eufemismos lo que en realidad hacen y volverán a hacer si ganan: subirle impuestos a los uruguayos producto de su proverbial ineptitud para controlar el gasto público.

Pero hablando de eufemismos quizá no existan otros tan burdos como los utilizados para no admitir que han subido salvajemente las tarifas públicas en los últimos años y lo volverán a hacer a partir del próximo enero.

La actual candidata presidencial Carolina Cosse ha expresado que no se trata de un aumento de tarifas, sino de un ajuste. Solo la superó el actual subsecretario de Economía Pablo Ferreri que declaró: "Vamos a trabajar intensamente para que más allá de los aumentos, de los ajustes puntuales de tarifas, trabajemos en estructuras más dinámicas que permitan incorporar la coyuntura a los efectos de que esto se traslade en beneficios a la población o estas se puedan ajustar de manera más dinámica".

Luego de que una comisión de expertos evalúe la sentencia estaremos en condiciones de informar qué quiso decir este encumbrado estadista.

Tratando de colarse en este concurso de mentiras altamente competitivo está también el presidente del Frente Amplio Javier Miranda. Es muy triste cómo un hombre serio y respetable —como era Miranda— ha sido transmutado por la política partidaria en un político de baja estofa, agresivo y básico. En un programa televisivo de la mañana, con cara de piedra, ante la afirmación de un periodista de que la situación de inseguridad había empeorado en los últimos 15 años respondió "no estoy tan seguro". Esta burla del dolor de decenas de miles de uruguayos que han sido afectados por esta situación es indignada del Javier Miranda que conocimos hace algunos años. Las estadísticas son muy claras: tenemos el triple de rapiñas y el doble de homicidios que a la salida de la crisis de 2002. ¿De qué es lo que no está seguro Miranda?

Podríamos seguir, pero el punto ya está claro. El Frente Amplio en su descomposición moral ya no tiene miramientos para mentir sin escrúpulos. Entrando en campaña electoral con una perspectiva cierta de perder, solo Dios sabe a qué nuevos límites podrán llegar en los próximos meses.

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