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El mensaje de Piñera

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El miércoles de la semana pasada, en el marco del lanzamiento de un nuevo think tank en el Centro de Estudios para el Desarrollo, estuvo de visita en nuestro país y realizó una conferencia el expresidente de Chile Sebastián Piñera.

También mantuvo una entrevista con El País que luego fue recogida por medios de prensa de todo el mundo, y es que el expresidente chileno es un hombre con ideas claras y eso se refleja en la atención que recibe.

La conferencia que tuvo lugar el miércoles fue extraordinaria por varias razones. No solo se trató de la exposición de un exjefe de Estado que mantiene una alta popularidad en su país y buenas perspectivas para volver a correr la carrera electoral, sino que además es un economista de Harvard y un exitoso empresario, vale decir, un personaje interesante desde múltiples puntos de vista. A su vez supo convivir como presidente (su período fue entre 2010 y 2014) con la "ola progresista" y sus más folclóricos animadores, entre ellos el expresidente uruguayo José Mujica con quien se reunió durante la visita.

Otra característica de Piñera que llama la atención en nuestro país es el éxito electoral de un hombre de definiciones contundentes que no anda con ambages a la hora de pronunciarse. Sus primeras palabras en la conferencia fueron para definirse como un liberal, para afirmar que la Libertad es una sola y no puede seccionársela sin desfigurarla. Definió a la libertad política en tanto democracia como la mejor forma de gobierno, la libertad económica con la economía social de mercado como su mejor expresión, y la libertad social como el combate a la pobreza y la lucha por lograr la igualdad de oportunidades. Sin dudas definiciones difíciles de encontrar en los políticos locales, pese a que la Libertad definida por Piñera es la que ha logrado la mayor prosperidad en la historia de la humanidad, los menores índices de pobreza, y las sociedades más integradas y civilizadas a lo largo de la historia de la humanidad, como el propio Piñera destacó en su exposición.

Piñera también venía bien informado sobre la situación del Uruguay de y nuestros problemas en cuanto a la educación, la seguridad, los monopolios del Estado y la inserción internacional.

Sobre estos temas también tuvo respuestas claras: hay que animarse a ir contra las corporaciones que bloquean todos los cambios que modifiquen aunque sea mínimamente el statu quo; hay que ejercer la autoridad de Estado dentro de la Ley defendiendo las libertades de todos los ciudadanos; hay que cambiar las instituciones económicas que resultan anacrónicas, y ya va siendo tiempo de abrirse al mundo y dejar de depender de las inconducentes negociaciones del Mercosur.

El expresidente tuvo palabras de reconocimiento para la institución anfitriona, el Centro de Estudios para el Desarrollo, destacando la relevancia de los think tanks que estudian y realizan propuestas sobre políticas públicas.

Señaló que es en el terreno de la batalla de ideas donde se definen las posiciones que luego va a adoptar una sociedad, y por lo tanto es una batalla decisiva que hay que dar con valentía. Aquí también dio en el clavo el expresidente, ya que es justo reconocer que muchas veces nuestro país se ha anquilosado en consensos colectivos hiperconservadores que conducen al inmovilismo y por tanto al atraso por la escasa, cuando no nula, defensa de posiciones que desafiaran al statu quo.

En la entrevista con El País explicó el proceso de apertura de la economía chilena y la estrategia de acuerdos de libre comercio, las nuevas negociaciones actualmente en curso y la integración de la Alianza del Pacífico.

El pragmatismo con que el bloque del Pacífico logró avanzar en un par de años lo que el Mercosur no logró en un par de décadas es aleccionador, tanto del fracaso en el que está inmerso nuestro acuerdo regional como de las oportunidades reales que brinda la globalización para los países que están dispuestos a ser proactivos y dinámicos en su inserción internacional. Indudablemente los uruguayos nos debemos una reflexión, y más aún la determinación para cambiar la pisada y lograr a través del comercio más trabajo y mejores salarios.

El expresidente Piñera no pasó desapercibido por Montevideo. Sus palabras de libertad, valientes e inteligentes, dejaron rumiando en quienes lo escucharon la idea de que Uruguay necesita defensores de esas mismas ideas y no la corrida a la izquierda de originales y fotocopias que hoy vemos en nuestro sistema político.

EDITORIAL

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