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Medias verdades de Kechichian

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La pésima memoria o la mala fe de la ministra se saltean las grandes obras realizadas en el país desde 1990 hasta 2005 para promover la industria turística. Desde la doble vía a Punta del Este, el Conrad, los aeropuertos de Laguna del Sauce y Carrasco entre otras.

En plena temporada de un verano que se viene perfilando como muy positivo para el turismo, la ministra Kechichian decidió salir a batir el parche del éxito de su gestión. Lo hizo, sin embargo, acumulando escandalosas falsedades y discretas medias verdades.

Las escandalosas falsedades de Kechichian refieren a su diagnóstico acerca de la atención que ocupaba el turismo en tiempos previos a la llegada del Frente Amplio al poder. Con el talante refundacional que infelizmente se está haciendo general en la izquierda, la ministra afirmó que gran parte del desarrollo turístico actual se debe al énfasis que el Frente Amplio ha puesto en el "Uruguay productivo", y que se opone al modelo que, según ella, prevaleció en los años 90 con un modelo de "país financiero".

Kechichian está completamente equivocada. Las infraestructuras que potenciaron el turismo nacional no llegaron con el Frente Amplio. Algunos ejemplos muestran hasta qué punto miente la ministra: la terminal de pasajeros del puerto de Montevideo, la doble vía Montevideo-Punta del Este, la modernización del aeropuerto de la Laguna del Sauce, la instalación del Conrad, la modernización también del aeropuerto Internacional de Carrasco y la total renovación del Hipódromo de Maroñas, fueron todas obras que se llevaron adelante en los quince años que fueron de 1990 a 2005.

¡Vaya si esas inversiones potenciaron el turismo! El Frente Amplio, casi siempre, se opuso ferozmente a todas ellas. Por supuesto, luego de 2005 cambió de parecer y hoy Kechichian reivindica, por ejemplo, las mejoras portuarias en Piriápolis. Tiene razón en hacerlo, pero no en mentir descaradamente diciendo que hubo un modelo de país financiero que desdeñó el turismo en los años 90.

Pero hay más.

En toda esta década, el crecimiento del turismo mundial ha sido muy importante. En 2015, por ejemplo, el número de llegadas de turistas internacionales aumentó hasta alcanzar un total de 1.186 millones en todo el mundo, lo que significó un crecimiento de 52 millones con respecto al año previo. Las previsiones también son positivas, y estiman que las llegadas a destinos emergentes como el nuestro crecerán a un ritmo de 4,4% por año al horizonte 2030.

En este contexto es que hay que entender el crecimiento del turismo en Uruguay. Y la clave, para valorar la verdadera calidad de las políticas públicas que lleva adelante Kechichian, es comparar internacionalmente sus resultados. Cuando se hace ese análisis, las medias verdades de la ministra quedan expuestas a la luz del día.

Según la Organización Mundial del Turismo, las llegadas internacionales a Sudamérica crecieron un 6% en 2015 con relación a 2014, pero con resultados bastante dispares según los destinos. Paraguay casi dobló el número de llegadas, Chile creció un 22%, Colombia un 16%, y Perú un 7%. Uruguay creció un 5,5%, lo que implica un registro muy parecido al del promedio regional. Pero visto más a largo plazo, los resultados muestran una pérdida de lugar relativo de Uruguay: en 2004, éramos el tercer destino en el ranking de países del continente según llegadas de turistas internacionales; en 2014, pasamos a estar en el quinto lugar.

Kechichian tiene razón en alegrarse porque recibimos más turistas. Pero no dice que, en realidad, crecimos como el promedio de la región y que hubo mucho mejores performances que la nuestra. Porque recibimos más turistas en 2014 que en 2004, pero en esa década Chile y Perú hicieron mejor las cosas que el Frente Amplio en el gobierno y ganaron más mercado que nosotros.

Cuatro de cada cinco llegadas de turismo internacional en el mundo tienen su origen en la misma región. En nuestro caso, el peso de los argentinos es muy grande. ¿Acaso la política de Kechichian fue exitosísima para captar el mercado en Argentina? No.

Aquí están los datos contundentes: según las cifras oficiales argentinas que abarcan los principales puntos de salida de ese país, entre 2014 y 2015 su turismo emisivo, es decir los argentinos que hicieron turismo en el exterior, creció un 17%. Entre 2014 y 2015, el aumento de argentinos haciendo turismo aquí fue de 15,3%. Quiere decir que no captamos una proporción mayor del crecimiento del mercado turístico argentino, como da a entender la ministra de Turismo cuando resalta su política de promoción en el vecino país (aún no hay datos para analizar esta misma evolución en 2015- 2016).

Es cierto que hay más turistas que antes. Pero también es cierto que la autocomplacencia de la ministra no dice toda la verdad sobre el turismo.

EDITORIAL

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