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Interpelación, ausencias y “abrazo”

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La larga lucha contra la pandemia demostró que el Antel Arena es un gran vacunatorio, con numerosas, amplias y cómodas instalaciones para atender mucha gente.

Mientras en el Interior se reforzaban a los hospitales con la instalación de contenedores, en Montevideo se disfrutó de un megacentro de espectáculos y deportes que costó US$ 119.721.147. Redondeando, 120 millones de dólares, tres veces más de la estimación inicial (US$ 40 millones).

Pero la verdad, es que más allá de su momento de fama social, la historia del Antel Arena es un monumento permanente de lo que no debe hacerse, le guste o no le guste al FA: se utilizaron los dineros del pueblo, pero se ocultó -bajo la denominación de “confidencialidad”- en forma permanente toda información sobre gastos y procedimientos que se buscó conocer desde el Poder Legislativo. Los pedidos de informes fueron ignorados y los llamados a sala de los ministros no aportaban mucho por ese rótulo de secreto.

Si bien en el escenario político nunca desapareció el tema del Antel Arena, en los últimos días recobró un fuerte protagonismo: una interpelación al ministro de Industria, Omar Paganini, solicitada por el senador nacionalista Jorge Gandini, y una movilización, denominada como “el abrazo” por parte del sindicato de Antel, el respaldo del Pit-Cnt y -obvio- del FA, ese que gobernó y ocultó.

La interpelación puede parecer un tanto “exótica” porque el llamado a sala del ministro lo hizo un legislador que apoya el gobierno. Pero es totalmente correcta. Todos los legisladores tienen el mismo derecho, exactamente el mismo derecho para llamar a sala a un ministro. No importa a qué partido pertenezcan, porque la Constitución no distingue entre opositores y oficialistas.

Es más, para la Real Academia el verbo “interpelar” significa: “1. Requerir, compeler o simplemente preguntar a alguien para que dé explicaciones sobre algo o para que cumpla una obligación. 2. En un Parlamento, dicho de un diputado o senador: plantear al Gobierno o a la mesa una discusión amplia ajena a los proyectos de ley y a las proposiciones”.

Junto al ministro, concurrió el presidente de Antel, Gabriel Gurméndez. Entre otras cosas, allí se expuso que:

-Cosse había sido interpelada por el entonces senador Pablo Mieres allá por 2018. Pero los números que manejó nada tienen que ver con los que surgieron de la auditoría. Esta fue la primera vez que las nuevas autoridades explican al Parlamento los resultados de auditorías, sobrecostos, procedimientos y presuntas irregularidades que han terminado en una denuncia penal.

-El presidente de Antel incorporó un nuevo hallazgo: un informe del Instituto de Derecho Constitucional de la Udelar, que en su momento defendió la constitucionalidad de la construcción, fue elaborado por solo uno de sus integrantes y sin conocimiento de todos los miembros. El senador Gandini calificó el episodio de “un fraude más”.

-El informe de la Junta de Transparencia y Ética Pública, que fue categórico e incluso lo aprobó el representante del Frente Amplio, Jorge Castro perteneciente al Partido Comunista. Su partido le pidió que se apartara. (¿Por pensar distinto?)

La ausencia asumida por todo el Frente Amplio fue también tema central. ¿Por qué resolvieron todos no asistir? ¿Daban por buenas las críticas -que terminaron en denuncia penal- sobre el manejo de los dineros en torno al Antel Arena? ¿Las compartían? ¿Estaban de acuerdo con el “secretismo” de la pasada administración o sabían lo que estaba pasando? ¿Nadie pensó en Cosse?

Si fue exótico o extraño el pedido de interpelación por parte de un senador del gobierno, más exótico o extraño fue el ausentismo y la falta de respuestas que exhibió la oposición frenteamplista.

Si fue exótico o extraño el pedido de interpelación por parte de un senador del gobierno, más exótico o extraño fue el ausentismo y la falta de respuestas que exhibió la oposición frenteamplista. Dio la impresión de que carecían de argumentos para defender a Cosse y optaron por no “quemarse”. Nadie quebró ni un escarbadiente siquiera, tal vez por aquello de que el que calla otorga o no tiene nada para decir.

Eso sí, los legisladores del FA participaron de una movilización denominada “el abrazo al Antel Arena” mientras se realizaba la interpelación, que fue organizada por el sindicato de Antel (que preside el comunista Gabriel Molina) y el Pit-Cnt.

Y allí -sin contrincantes a la vista- hablaron y se despacharon a su gusto. Alejandro “Pacha” Sánchez habló de “tergiversaciones” del gobierno “porque no está de acuerdo con la obra” y criticó la interpelación. También habló Oscar Andrade que consideró que la interpelación es sobre “una asunto del pasado” que fue “discutido”. Incluso se hizo presente la intendenta de Montevideo, Carolina Cosse.

El pasado siempre vuelve y esto recién empieza.

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