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"Los intereses de la gente"

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El gobierno hace funcionar a pleno la aspiradora de dinero por el descalabro que dejó el régimen populista de Mujica, y encima aparecen Sendic, Astori y Cosse para explicar que en realidad eso se hace “en interés de la gente”.

Fue irritante la forma en que el gobierno manejó el conflicto con los estacioneros. El motivo desencadenante fue su voracidad en recaudar y, con ese ánimo, alteró la ecuación existente con ese sector de forma unilateral. Por sí y ante sí el gobierno decidió cambiar las reglas de juego acordadas. Es solo un capítulo más de lo que ha hecho esta administración Vázquez con todos los impuestos o por cualquier vericueto de la actividad que le permita juntar pesitos por el despilfarro del modelo populista de José Mujica, su compañero de partido.

Eso generó lógicas protestas primero y luego el paro de 48 horas. La única diferencia con el resto de la población es que los estacioneros están en condiciones de adoptar medidas que afecten al público para expresar su disconformidad. Al resto, a la gran mayoría de los ciudadanos, solo les queda indignarse, mascar bronca y refunfuñar.

Pero donde el gobierno le erró de palo a palo fue en su intento de buscar convencer a los uruguayos de la justicia de sus medidas y de que los estacioneros eran un conjunto de explotadores que actuaban movidos por su perverso afán de riqueza, de espaldas a la sociedad, y que no dudaban en tomar decisiones que perjudicaban a la población para satisfacer sus desmedidas ambiciones. Y allí apareció en su rol de justiciero implacable como "el Chapulín Frenteamplista" el ministro Astori, para alertar que ese paro "no toma en cuenta los intereses de la gente", como si otros paros que matizan este país fueran asumidos en defensa y para alegría de la gente.

Cuando en pleno invierno y con el frío que arreciaba, los repartidores de supergás hicieron "desaparecer" las garrafas, ¿fue en respaldo de los intereses de la gente? Cuando el que trabaja o la madre que debe ir a buscar a su hijo a la escuela se encuentran con que no funciona el transporte por medidas gremiales sorpresivas, ¿deben reconocer que esas decenas y decenas de cuadras que tendrán que caminar son porque están defendiendo los intereses de la gente? ¿Alguna vez escucharon antes al ministro Astori —o a cualquier otro ministro— hacer esta afirmación?

La respuesta es un rotundo "no", y para peor existe en este caso la más absoluta convicción que lo que se está defendiendo es la acción, omisión o lo que sea de algunos compañeros que dejaron un agujero descomunal en Ancap, y todos —sí, toda la gente— tiene la obligación de contribuir para levantar "un muerto" que es ajeno.

En "interés de la gente" sería que se aplicase la paramétrica de Ancap en el precio de los combustibles, aprovechando que hace bastante tiempo que el precio del petróleo está deprimido en los mercados internacionales. Ello hubiera permitido una rebaja en el precio de la nafta al público y no que Ancap se siguiera tragando la diferencia, algo de lo cual los estacioneros son absolutamente inocentes. Pero no, esa carrera no se corre y todavía tenemos que escuchar a la ministra Cosse decir muy suelta de cuerpo, como si su partido recién ocupara el gobierno, que "lo que estamos haciendo todos es construir una Ancap sustentable (parecería que hasta ahora andaban bobeando por ahí), que no dé pérdidas, que sea una empresa saludable".

Si algo faltaba para terminar de pintar este cuadro, apareció en escena nada menos que el vicepresidente de la República y expresidente de Ancap por varios años, don Raúl Sendic, para dejarnos sus impresiones sobre el conflicto y el nuevo modelo de distribución que impulsa el gobierno. Habló de su "desvelo permanente" por mantener al país abastecido de combustible, elogió la propuesta del gobierno "porque permite dar batalla contra la concentración de la bonificación en un pequeño grupo de estacioneros", y remató con un maravilloso "el gobierno tiene que trabajar para asegurar el abastecimiento de combustible a la población". Realmente, ¿el gobierno piensa que está bien tomarle el pelo a la gente?

Tras once años de manejar al país a su antojo, con una bonanza económica sin precedentes y con mayoría parlamentaria para votar todas las leyes que estimaran pertinentes, el gobierno del FA se descolgó con un ajuste fiscal como consecuencia del descalabro total de Ancap, del feroz clientelismo que elevó en unos 60.000 la cantidad de funcionarios públicos, de los eternos planes de asistencia social con multiplicación del consumo de drogas y el delito, y el despilfarro que significó quemar velitas por el socialismo del Fondes. No contento con eso empezó a recorrer todos los rincones del país con la máquina de aspirar billetes y todavía tenemos que soportar que los grandes responsables de eso (Sendic, Astori, Cosse) nos digan que es en interés de la gente. ¡Por favor!

EDITORIAL

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