Publicidad

Igualitos a Maduro

Compartir esta noticia

SEGUIR

Introduzca el texto aquí

El precio es profundizar la grieta o apelar a la lucha de clases. Pero, no les importa nada.

El Programa Departamental Montevideo del Frente Amplio, de pique nomás, en el tercer párrafo de su extenso contenido (53 páginas) se despacha con una frase que se ha viralizado y ha generado enorme rechazo: “El centro para el Frente Amplio son las montevideanas y los montevideanos y este tiempo nos impone el desafío de enfrentar desde la IM los embates del programa restaurador de privilegios de un gobierno nacional de derecha que representa los intereses de los sectores más reaccionarios de las clases dominantes”.

¿Enfrentar? ¿Embates? ¿Restaurador de privilegios? ¿Gobierno de derecha? ¿Sectores reaccionarios?

¿De dónde salió ese cúmulo de disparates? ¿Quién fue la lumbrera que redactó este programa? ¿Se habrá inspirado en uno de los habituales discursos de Nicolás Maduro? La terminología es, por lo menos, muy parecida a la que usa el dictador venezolano cada vez que abre la boca y realmente asusta y asombra verla reproducida aquí en Uruguay, después de haber disfrutado hace pocos meses de una sucesión de actos eleccionarios, transparentes y muy republicanos, que consagraron un nuevo y legítimo gobierno. Aunque, debemos reconocer que, más allá del glosario letrina, esa línea de pensamiento no es para nada original en el ámbito político uruguayo. Esto es solo un nuevo capítulo de una conocida prédica frenteamplista de promover el enfrentamiento ciudadano.

La novedad es que el denodado empeño del FA de impulsar el enfrentamiento de los uruguayos entre el “nosotros y ellos” o “buenos y malos” (obviamente que los buenos son los del Frente y el resto desciende de Satanás), fue siempre uno de sus principales caballitos de batalla en materia electoral; pero por los menos guardaban cierta discreción y no quedaba estampado en un programa de gobierno, que -se supone- obliga y mandata a los eventuales triunfadores. Se usaba en discursos y documentos menores, pero no de manera tan desfachatada.

A modo de ejemplo se podría recordar cuando hace años el expresidente José Mujica levantó la bandera de la lucha de los trabajadores de La Teja o el Cerro contra los “pitucos” de Carrasco o los “cajetillas” de Pocitos. Y más acá en el tiempo, Graciela Villar, la candidata a vicepresidente de la República del Frente que acompañó a Daniel Martínez, apenas agarró un micrófono se despachó con que la cuestión electoral era entre “el pueblo y la oligarquía” (obvio que el pueblo era el FA y la oligarquía el resto del Uruguay que terminó votando por el actual Presidente, Luis Lacalle Pou). Y esa frase fue compartida, entre otros, por la entonces ministra de Educación y Cultura, María Julia Muñoz (“hay dos proyectos de gobierno. Uno del Frente Amplio y otro de los que se sienten dueños del país”) y por el renunciado vicepresidente Raúl Sendic (“Unos defienden a la oligarquía, otros al pueblo”).

Y ahora quienes iluminan ese camino son los tres candidatos del Frente por Montevideo (Carolina Cosse, Álvaro Villar y Daniel Martínez que firmaron el Programa), con especial énfasis en la generosa promotora del Antel Arena, que agregó que “el país cambió para mal, no me refiero solo a la pandemia. Me refiero a la insensibilidad que debilita a las instituciones, a los trabajadores y aumenta los riesgos”.

El FA se siente feliz en promover ese constante enfrentamiento entre compatriotas, en emplear un léxico aborrecible cuando ven que las papas queman y no encuentran mejor argumento que apelar a esa patética dicotomía para alcanzar o mantener el poder. Pero, no se han dado cuenta que después de 15 años en el gobierno nacional ha aparecido un estilo distinto de hacer política de la mano del Presidente Lacalle Pou y la esperanza de muchos, es que ese estilo se extienda después de 30 años a la Intendencia de Montevideo a impulsos de la candidata de la coalición republicana Laura Raffo.

Antonio Mercader, muy recordado amigo y periodista de esta casa, tenía especial tirria con este empeño frenteamplista por la grieta y concluía uno de sus artículos sobre este tema: “El escritor inglés George Orwell decía que así como la política corrompe el lenguaje, también el lenguaje corrompe a la política. Hacer del adversario un enemigo, atizar el fuego contra el que piensa distinto y partir el país en dos bandos opuestos por medio de una escalada verbal es el preanuncio de tiempos de intolerancia de triste memoria. Además, alguien debería advertirles a estos redivivos radicales que así, no se ganan elecciones”.

Nada que agregar o quitar.

¿Encontraste un error?

Reportar

Temas relacionados

Editorial

Te puede interesar

Publicidad

Publicidad